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MÉXICO, DF.- Al menos 500 mil fieles católicos participaron ayer en la tradicional quema de los Judas, en la delegación Cuajimalpa, en el marco del penúltimo día de la conmemoración de la Semana Santa.
Desde las primera horas de ayer la población se sumó a la celebración religiosa, que inició en el manantial conocido como Agua Bendita, en la Colonia Zentlápatl.
Los vecinos de ésta y otras demarcaciones capitalinas, así como de los municipios mexiquenses de Huixquilucan, Toluca, Ocoyoacac, Lerma, Metepec, e incluso algunos turistas extranjeros, con cubetas adornadas con papel de colores, especialmente morado y blanco, recolectaron agua del torrente que fluye de la pared montañosa y que cae en una pileta donde se encuentra un pequeño altar adornado con claveles blancos y ramos de manzanilla.
Posteriormente, los creyentes caminaron tres kilómetros hasta llegar a la Iglesia de San Pedro, donde depositaron el líquido a fin de que fuera bendecido hoy Domingo de Resurrección, con manojos de manzanilla, que en las afueras del templo serían regalados.
Luego de degustar tamales, atole y otros antojitos, la gente presenció el espectáculo ofrecido por hombres y niños que portaban pelucas, máscaras grotescas en sus rostros y ropa roja, capa y sombrero, para caracterizar a Judas y corretearon a la gente, haciendo sonar un látigo o chicote, con el que azotaban sus pantorrillas.
Principalmente castigaron a los “penitentes”, quienes por alguna manda deciden lacerar su cuerpo, para así expiar sus pecados.
Ante esta situación, romanos, fariseos y los llamados espías, enfrentan a los Judas quienes al tratar de escapar roban mercancías de los puestos que se tienen en la romería instalada en toda la zona centro de Cuajimalpa.
Lo hurtado es metido en un costal, que llevan consigo, para posteriormente esconderse de la multitud y no ser atrapados por sus perseguidores y decenas de personas que los rodean.
Esta carrera se prolongó hasta las 14:00 horas cuando estos personajes llegaron al atrio de la Iglesia de San Pedro para perseguir a los fieles y castigarlos con un chicotazo, además de hacer lo mismo con quienes voluntariamente solicitaron ese castigo.
Mientras tanto en las torres de la Iglesia de San Pedro, que fue adornada, estaban listas las grandes vigas con cuerdas y poleas dispuestas para colgar a los Judas, tal y como lo hizo el apóstol que entregó a Jesús a cambio de monedas.
En el atrio, los Judas fueron amarrados a estas cuerdas e izados cuatro metros, desde donde comenzaron a arrojar a los espectadores los objetos robados a los comerciantes.
En esta alegre festividad, los Judas fueron representados por dos demonios repletos de juegos pirotécnicos que fueron encendidos para “quemar los pecados capitales”.
Tras este luminoso evento, los Judas Vivos fueron levantados nuevamente hasta cuatro metros de altura, para posteriormente ser azotados con un chicote, lo cual trataron de evitar balanceándose y contorneándose.
Tras recibir su merecido y lavar sus culpas, los Judas fueron liberados para entrar a la Iglesia, donde recibieron la bendición del párroco, con lo cual se espera la llegada del Domingo de Resurrección, cuyo acto litúrgico da por terminada la Semana Santa en Cuajimalpa.