EFE
CISJORDANIA.- Unos tres mil musulmanes se concentraron ayer, en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén para asistir a los tradicionales rezos del viernes, en una jornada de especial interés para los feligreses, marcada por la huelga de hambre que siguen unos tres mil 200 presos palestinos.
Más de mil agentes de policía vigilaban la ciudad vieja en previsión de posibles altercados, aunque no se ha informado de incidentes.
La Policía restringió el acceso al recinto sagrado a los varones menores de 45 años y que no contaran con tarjeta de identidad israelí, y permitió la entrada a todas las mujeres musulmanas, informó la radio pública.
Fuentes palestinas dijeron que los organismos de seguridad israelíes levantaron barreras militares alrededor de Jerusalén, especialmente en la carretera que une Ramallah con esta ciudad.
Entretanto, el Servicio de Prisiones de Israel informó al ministro de Seguridad Interna, Tzaji Hanegbi, en una reunión celebrada ayer que, alrededor del 80 por ciento de los cuatro mil presos considerados de seguridad, secundaban la huelga de hambre.
Las autoridades penitenciarias agregaron que los huelguistas eran sometidos a controles médicos diarios y que, de momento, se encontraban en buen estado.
Por otro lado, en la Plaza Al-Manara, de Ramallah, unas 400 personas participaron en una manifestación de apoyo a los presos que siguen la huelga de hambre, lo que se ha reproducido en otras ciudades de Cisjordania y Gaza.
Los manifestantes enarbolaron banderas palestinas y de las distintas facciones, así como portaban fotos de sus familiares encarcelados en prisiones israelíes.