López Obrador no quiso hablar en torno a la decisión de la Suprema Corte en relación a la controversia que desecharon para detener su desafuro y dijo que no le da importancia porque están retorciendo la ley.
08 de septiembre 2004.
MEXICO, D.F., (SUN-AEE).- "Como dice el filósofo de mi pueblo, no está bien, pero tampoco mal", fue la respuesta de Andrés Manuel López Obrador, jefe de gobierno del Distrito Federal, en torno a la resolución de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación (SCJN), que desechó la controversia que interpusieron diputados locales del Partido de la Revolución Democrática (PRD) para frenar su desafuero.
En su tradicional conferencia de prensa no quiso hablar en torno a la decisión del máximo órgano tribunal y se limitó a decir que no le da mucha importancia a ciertas decisiones, porque es evidente que están retorciendo la ley.
Insistió en que le quieren quitar el fuero para destituirlo rumbo a las elecciones del 2006, con el argumento de que están defendiendo el estado de Derecho, pero se trata del "estado del chueco", pues reiteró que él no dio ninguna orden ni firmó
ningún documento que lo señale como culpable.
López Obrador se refirió de esa manera al juicio de procedencia -desafuero- que solicitó la Procuraduría general de la República (PGR) a la Cámara de Diputados por el desacato de una orden judicial, luego de que un juez ordenó que cancelaran la construcción de una calle del predio El Encino, en Santa Fe, y consideraron que no se respetó esa instrucción. El jefe de gobierno tampoco quiso opinar en torno a la solicitud de un tribunal a la SCJN para que destituyan a Florencio Salazar, secretario de la Reforma Agraria, también por desacato judicial.
A pesar de la decisión del órgano colegiado, López Obrador reiteró que está dispuesto a reunirse con el presidente Vicente Fox, y dijo que "la política es negociación con apego a principios".
