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Minuto Rotario / ¿Morir...?

Dr. Ignacio Méndez Lastra

Una mujer entrada en años -no sé cuántos tenga, éste es un secreto muy difícil de averiguar, especialmente en ellas-, comprometida con su tiempo, con su comunidad, Marie Rose Indjayan, hace unas reflexiones sobre la muerte muy interesantes; de las que rescato algunas de ellas, por considerarlas útiles y de valor para nuestras vidas.

Al inicio de su pensamiento se lo dedica a cada ser humano que está muriendo, a los que tienen una enfermedad terminal, aquéllos quienes le temen a la muerte, a los que estamos vivos pero moriremos y especialmente a "los muertos en vida".

Ella dice: "Tengo cinco meses pensando en la muerte, se me ha aparecido de diferentes maneras, por un tiempo pensé que tal vez era una preparación para asumir mi muerte cercana, pero les digo estoy viva y feliz, así que no entendí por qué en mi alma la idea rondaba continuamente. Cuando tenía 13 años y oía la muerte de algún familiar o amigo de mis padres, se me hacía muy irreal, lejana, un suceso que a mí nunca me pasaría.

Luego con los años, mi mente asumió que algún día remoto moriría, pero mi alma no lo comprendió hasta hace poco.

El problema pensaba yo... es no aprovechar el tiempo que tenemos de vida.

Viví siempre con la idea de aprovechar al máximo todo, porque la vida es corta, se acaba y hay que buscar darnos calidad de vida, amor y alegría.

Hace cinco meses mi alma asumió la muerte. Al principio la vi como mi enemiga, me quitaría el amor de mis seres queridos, me quitaría el sentir, el tocar, el expresar amor, correr, saltar, reír, mirar el mar, sentir tristeza, dolor. Me quitaría todo y eso me desesperaba.

Pero cuál era la necesidad de atormentarme con esas ideas; ahora sé que luego de haberme peleado con la muerte, de haberla odiado y finalmente aceptado; les digo: que la muerte es mi mejor amiga, es la que me recuerda todos los días sonreír, soñar, correr, saltar, respirar, perdonar, amar con toda mi alma sin miedos y con todo lo que puedo dar; si me lastiman, por lo menos fui capaz de dar, de entregar y de sentir.

Ahora cuando pienso en la muerte, reconozco que todos vamos a morir, sé que todos vamos a afrontar la muerte tarde o temprano; quizás a los 15 años, a los 50 o a los 119 años. Pero vamos a morir. Así que el problema no es morir, pues todos pasaremos por eso, algunos jóvenes otros niños y muchos ancianos.

El problema es estar muerto en vida, no aprovechar la vida, los sueños. El problema es vivir por inercia. No experimentar la vida.

La muerte es el incidente que te obliga a reaccionar; las otras vidas no te constan, ni tampoco tienes el tiempo para averiguarlo, sólo tienes tu vida y no la estás aprovechando.

Muertos en vida, hay muchas personas así. Ya están secas. Ya no son capaces de ver un atardecer extasiados, ni pueden sorprenderse con una flor, todo les parece tan gris.

Nacimos en una sociedad que nos enseña que para ser felices tenemos que cumplir con una filosofía: nacer, crecer, estudiar, graduarte en la universidad, trabajar en una compañía prestigiosa, tener mucho dinero, éxito y poder. Casarte con un hombre o mujer exitoso también y tener hijos exitosos. Y somos exitosos para la sociedad, pero estamos muertos en vida.

Estamos muertos si no vemos más allá de un título universitario, estamos muertos si no somos capaces de entregar el corazón al amor, amando totalmente. Estamos muertos si no somos capaces de extasiarnos con la naturaleza, con un abrazo, una mirada, una flor, una palabra por sencillas que parezcan.

Estamos muertos si pensamos que el matrimonio son dos personas que se pertenecen, se juzgan y no permiten que la pareja crezca.

Estamos muertos si no somos capaces de ver en la otra persona a un ser humano con todas sus tragedias, que también sufre y se deprime. ¡Nadie que sea feliz, maltrata, ni hiere a otra persona, está muy ocupada siendo feliz!

La vida nos ha enseñado que es dura, triste, con robos, asesinatos, envidia, egoísmo, dolor, desamor, pobreza, lucha... Pero hemos olvidado que en nuestro interior está ese mundo que podemos crear lleno de amor, alegría, gozo, cariño, abrazos, risas, prosperidad, abundancia y dicha. Comenzando con nosotros mismos, construyendo un mundo interno hermoso, podemos comenzar a crear el planeta Tierra que todos deseamos.

¿Y la muerte? Es tu mejor aliada. Gracias a ella puede ver qué clase de vida quieres tener. Puedes seguir igual, total, morirás y todo acabará a los 50, 70, 100 ó 120 años. O puedes vivir cada día como el último día de tu vida. Vivir verdaderamente: "Vivir para los demás".

"A celebrar Rotary".

nacho1948@hotmail.com

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