Un periodista norteamericano, escribiendo en uno de los diarios más importantes de este país, calificó a los rotarios como "La familia con un corazón de Oro". La razón fue la siguiente: Él conoció a Marvin Tieman, socio de un club rotario de Tennessee, E.U.A., el cual en el año de 1991, viajó a Bucarest, Rumania, con su esposa Diann, para adoptar un hijo, de los múltiples niños abandonados en las guerras recientes en los Balcanes; éste fue Michael (quien ahora tiene 15 años).
A Tieman lo consternó constatar la enorme población de huérfanos que este país tiene y las pocas familias que pueden y desean adoptarlos.
Naturalmente Tieman sensibilizado, volvió en otras ocasiones a Rumania, así en 1999, adoptó un segundo hijo Andrea, de ocho años, y tres años después a Rachael de nueve años. "Estos tres hijos son una bendición", afirma. "Gracias a Rotary hemos podido ayudarlos a ellos y a otros chicos rumanos".
Tieman pronto se percató, que era menester realizar una obra más sólida para abordar el problema de los huérfanos. Por tal motivo cuando se trasladó a Rumania en 1998, al frente de una misión del distrito Rotario 6780, a fin de organizar proyectos de Servicios en la Comunidad Mundial, con los clubes de este país, le dio prioridad a la ayuda a los huérfanos.
En 1999, los clubes rotarios de MacMinnville Tennessee y Bucarest Continental, organizaron un proyecto destinado a equipar un orfanato en Galati, Rumania. Se trataba de una institución que albergaba 15 niños, y con instalaciones y edificio en franco deterioro.
Antes de la participación de los rotarios, la iglesia a la cual pertenecía Tieman, había logrado obtener una dotación de 100,000 dólares de la Unión Europea, a efectos de rehabilitar el edificio sede del orfanato, único centro de acogida local para bebés abandonados (desde recién nacidos hasta tres años de edad).
Tres años después, con el apoyo de una subvención compartida de la Fundación Rotaria de 22,328 dólares, la iniciativa de los clubes contribuyó a proporcionar equipo, mobiliario, indumentaria, alimentación y medicinas, a fin de mejorar las condiciones de vida de los huérfanos. El proyecto concluyó el pasado mes de octubre.
Inicialmente el centro funcionó como un hogar de acogida temporal, mientras se efectuaban gestiones para buscar padres adoptivos para los niños. Pero el gobierno rumano suspendió las adopciones de niños por extranjeros por un lapso indefinido y ha cerrado muchos de los orfanatos estatales, por lo cual, el centro atiende ahora a un creciente número de chicos que necesitan de un hogar y un albergue a largo plazo.
Se han planteado problemas inherentes a las estancias de los niños en estas instituciones, que de alguna manera tratan de suplir las carencias afectivas y básicas por la falta de familiares responsables o en ocasiones ausencia total de ellos por las guerras; con ello se ha aprendido a tomar en cuenta "La institucionalización de los niños y sus consecuencias", pero en el paso de los años los psicólogos y personal a cargo de ellos, lidian cada vez mejor con los trastornos del apego y la falta de atención y afecto que sufren los niños abandonados especialmente durante sus primeros tres años de vida.
A Tieman y a los rotarios de Tennessee les reconforta ayudar personalmente y a través de las familias y la iglesia, a los niños huérfanos y abandonados, proporcionándoles atención y afecto.
"UNA MANO SOLIDARIA"
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