Estas palabras, fueron dirigidas por un servidor a los "Jóvenes Excelentes" recientemente premiados por el Club Rotario de Torreón con fecha 26 de mayo de 2004.
"Esta noche es de un alto significado para el Club Rotario de Torreón; ofrecemos esta ceremonia especial, a los jóvenes universitarios excelentes; jóvenes que han sobresalido por su desempeño académico, que es el quehacer sustantivo de su tiempo como estudiantes; pero también son muchachos particulares y están en un lugar preferencial, por haber aportado servicios en su universidad y en su comunidad.
Ellos han ido puliendo sus cualidades de liderazgo, ya sea en el servicio social, en la cultura, el deporte o la recreación.
No en vano, la juventud es una de las etapas más hermosas del desarrollo de la persona humana, normalmente se conjuntan: el vigor físico, la alegría de vivir, los ideales; el encanto por descubrir nuevos hechos, así como el impulso por acometer nuevas empresas, nuevos retos.
Hablando de la juventud estudiosa en lo particular, la juventud universitaria, ésta vive retos mayores, que se agigantan para aquéllos que siendo líderes, contraen con la responsabilidad del conocimiento; compromisos más profundos.
Es sencillo dar un vistazo a nuestra sociedad y ver en ella las múltiples oportunidades que ustedes tendrán de actuar para mejorarla.
México ha avanzado en el camino a su desarrollo, pero lo ha hecho en forma muy lenta y con amenazas muy importantes de sufrir retrocesos en sus diferentes aspectos de país, que si la juventud no está alerta, lo condenará a persistir en el subdesarrollo.
La juventud no puede permanecer ciega ante los millones de gente de nuestro país, que viven en la extrema pobreza; existen millones de niños desnutridos que generación tras generación han sido presa de la enfermedad y de la ignorancia; pero también son bandera constante de las campañas políticas y el olvido ancestral que caracteriza nuestro sistema.
La juventud no puede permanecer indiferente ante la corrupción galopante de nuestros representantes políticos, cínicamente nos siguen vendiendo ilusiones a los ciudadanos comunes y lo único que demuestran son sus complicidades para obtener pingües ganancias y una total incapacidad para resolver o cuando menos empezar a resolver los múltiples problemas del país. Las reformas fundamentales de México siguen durmiendo "el sueño de los justos".
Nuestra juventud no puede mirar con desdén el paso y la venta de las drogas de cualquier tipo; ya que bien sabemos, terminará envenenando el cuerpo y el alma de nuestros congéneres -cuanto sufre una familia cuando uno de sus miembros es drogadicto- vidas perdidas en un mundo artificial.
Bástenos saber que en el momento actual, estamos llegando a índices de drogadicción muy similares a los países desarrollados, con la paradoja de que siendo un país pobre, se están consumiendo las drogas más caras, que han llevado a nuestros muchachos a conseguirlas con actos de grave violencia o bien las muchachas vendiéndose con la prostitución, y con muy pocas posibilidades de salir vivos de este inframundo.
Nuestra juventud no puede pasar por alto, el que las generaciones que la precedieron, contaminaran los ríos que nos dieron vida, la atmósfera que respiramos y el suelo donde pisamos y juegan nuestro hijos. Ha sido absurdo como nos hemos acabado nuestro "Habitat", deteniendo el cauce de los ríos, sobreexplotando los mantos acuíferos, manteniendo procesos industriales dentro de la mancha urbana de la ciudad.
¿Cuánto tiempo más será habitable nuestra región, si proseguimos destinando el agua extraída en su 80 por ciento a la agroindustria? ¿Cuánto tiempo más y cuántos enfermos más necesitamos para detener el envenenamiento del suelo y de la atmósfera por la industria citadina?
Éstos son sólo algunos aspectos tristes de nuestra sociedad actual y con desesperanza vemos cómo la generación actual no ha podido resolver estos problemas para poder gozar de una sana convivencia.
Muchachos yo quisiera que nos contestáramos estas preguntas:
¿Realmente los mexicanos somos gente más incapaz que la gente de otras naciones para resolver nuestros problemas?, ¿somos los mexicanos corruptos por naturaleza?, ¿qué nos ha sumergido por siglos en la apatía y la anodinia?, ¿no ha sido nuestra formación familiar lo suficientemente fuerte y valiosa para enfrentar estos retos?
Las respuestas a todas estas preguntas las tienen ustedes, indaguen con afán, busquen soluciones reales, planteen horizontes de grandeza, sueñen en una mejor sociedad.
Jóvenes, no están solos en esta tarea titánica, nosotros los rotarios estamos empeñados en construir una sociedad más justa, más compasiva, más solidaria, más honesta.
Vamos a marchar juntos por esa senda de obstáculos; para que con el tiempo sea una senda de esperanza, senda de grandeza. Es necesario el concurso de toda la sociedad y especialmente de los jóvenes, para llegar a ese ideal.
Jóvenes, el Club Rotario de Torreón los reconoce no sólo como buenos estudiantes, sino también como actores de un futuro social más promisorio, a ustedes Dios les ha dado los talentos, su familia los ha proveído de valores, la sociedad a través de la Universidad les da la herramienta científica para salir avantes en esta lucha, acepten el reto, el compromiso está hecho. ¡Adelante!
"Una mano solidaria".
nacho1948@hotmail.com
