Esta planta tiene un nombre científico largo y feo: Crotalaria vitelina longirostrata. Su nombre popular, en cambio, se deslíe en la boca como si fuera un caramelo: "chipilín".
La gente usa otros nombres para aludir a ella: cascabelito, cohetillo, tronador... Aquí coinciden las dos designaciones, pues tanto la del pueblo como la que usan los científicos describen el modo como esa planta se propaga: cuando sus vainas están maduras ya truenan igual que un crótalo o cohete y lanzan lejos las semillas de donde nacerán las nuevas plantas.
De mil recursos se vale la vida para perpetuarse. El gran río de la vida lo fecunda todo. Necio es el hombre que se aparta de él y busca eriales donde nada germina ni florece. De él nada quedará. La vida, eterna sembradora, arroja su simiente. De esa semilla hemos nacido. Por esa siembra no moriremos nunca.
¡Hasta mañana!...