HISTORIAS DE LA CREACIÓN DEL MUNDO
El Señor hizo al zorrillo.
Inmediatamente todas las criaturas se alejaron del animalito. Su fétido olor lo hacía detestable.
Por ahí andaba el pobre zorrillo, solo, sin nadie que quisiera brindarle su compañía.
Lloraba mucho el zorrillo, claro, pues todos los animales tenían compañía, menos él.
Se compadeció el Señor, sumió al zorrillo en un profundo sueño y de una de sus costillas le hizo una preciosa zorrillita.
Cuando el zorrillo despertó vio a aquella hermosísima criatura. Triste, comenzó a alejarse: seguramente ella lo rechazaría también. Pero la zorrillita se le acercó, mimosa, y restregándose en él le dijo con voz llena de amor:
-¡Qué bonito hueles! ¿Cuál es tu loción?
¡Hasta mañana!...