A mí me encanta ir a las pulgas, esos mercados populares que la crisis ha hecho proliferar. En tales baratillos he encontrado cosas que ahora son para mí muy caras, es decir muy queridas: antiguos cromos, raras bisuterías, platos y tazas con decoraciones peregrinas, objetos kitsch... Curiosas curiosidades, en fin, que me dan placer cuando las compro y nuevo placer cuando las miro.
El otro día fui a una pulga y cuál no sería mi sorpresa -esa frase me encanta- al ver casetes y discos DVD con "El último de Catón", las cápsulas de humor y reflexión que digo todos los días en los noticieros de Televisa Monterrey. Alguien se puso a grabarlas de su televisor y ahora se venden -y muy bien, me dijo el comerciante- en esos mercados populares.
A mí no me molesta que anden por ahí, en versión Morgan -es decir pirata-, esas cápsulas que hago con tanto gusto y que la gente ve y escucha gracias a la bondad de Eugenio Azcárraga y su estupendo equipo de colaboradores. Qué bueno que alguien se pueda ganar un peso con lo que hago. Tanto me ha dado la vida que algo también debo dar yo, aunque sea poquito y en versión pirata.
¡Hasta mañana!...
MANGANITAS.