Jean Cusset, ateo con excepción de la vez que escuchó el villancico "Por el valle de rosas", de Miguel Bernal Jiménez, dio un nuevo sorbo a su martini -con dos aceitunas, como siempre- y continuó:
-La Navidad es para mí la más hermosa época del año. La disfruto porque he logrado mantenerme niño, y la Navidad es cosa de los niños, ya lo sean del cuerpo, ya del alma.
-En este tiempo -siguió diciendo Jean Cusset- cada figura en el pesebre es un recuerdo, y cada luz en el árbol es una esperanza. Evoco mis días navideños, de felicidad, y quisiera poder dar a otros la misma ventura que en las navidades he disfrutado siempre yo. Más allá de la tristeza y de la soledad, por sobre las amarguras y el dolor, en Navidad nos hacemos todos niños con el Niño que vino a traernos el regalo de su eterno amor.
Así dijo Jean Cusset, y dio el último sorbo a su martini, con dos aceitunas, como siempre.
¡Hasta mañana!...