El Señor Dios estaba preparando la Navidad. Dijo:
-Necesito una estrella. Y necesito también una mulita, un buey y una poca de paja.
Todo eso lo quería para envolver el regalo que nos iba a hacer: el de sí mismo. Regalo más grande no se ha hecho jamás.
Desde una estrella hasta una brizna de paja... Todo era necesario, y todo importante. Sin una sola de esas cosas el prodigio no se habría completado.
Sin nosotros la Navidad tampoco está completa. Debemos poner en ella nuestro amor y nuestra gratitud. Para nosotros fue la Navidad, y ahora nosotros debemos ser la Navidad. Ante el misterio de Dios hecho hombre todos somos grandes como una estrella, y al mismo tiempo pequeños como una brizna de paja.
¡Hasta mañana!...