Jean Cusset, ateo con excepción de la vez que atravesó en avión una tormenta eléctrica, dio un nuevo sorbo a su martini -con dos aceitunas como siempre- y continuó:
-Las religiones no unen a los hombres: los separan. Proliferan las sectas como hongos, y mientras más religiones hay los hombres se dividen más. No es, pues, a través de la religión como se logrará que se una la Humanidad.
Dio un nuevo sorbo a su martini Jean Cusset y continuó:
-Lo que unirá a los hombres será el amor al planeta en que viven. Cuando lo sientan amenazado por la guerra total; por la contaminación; por la extinción de sus recursos en el mar, en la tierra y en el cielo, entonces se unirán los humanos para luchar juntos por la preservación de la vida sobre el mundo. En el amor a la vida y a la Naturaleza los hombres se unirán, y finalmente serán uno. Sólo entonces el espíritu de Dios flotará sobre la haz de la tierra.
Así dijo Jean Cusset. Y dio el último sorbo a su martini, con dos aceitunas como siempre.
¡Hasta mañana!...