PLEGARIA DE FIN DE AÑO
Gracias, Señor, por todas mis mañanas
hechas de luz, y pájaros, y viento.
Por la estrella sin número y sin dueño
que hiciste por que yo la contemplara.
Por la cintura azul de las muchachas,
y por la frente blanca de los viejos,
y por el sueño con que -a veces- sueño,
y por mi cuerpo, gracias, y por mi alma.
Mucho me has dado a mí, que soy tan poco.
Hasta te diste Tú, nieve en el lodo.
¿Qué para Ti, Señor, no dejas nada?
Gracias, pues, por mi mundo, niño y loco.
Y gracias por mi vida... Y, sobre todo,
gracias, porque he aprendido a decir: "Gracias".
AFA.
¡Hasta mañana!...