HISTORIAS DE LA CREACIÓN DEL MUNDO
Sumió el Señor a Adán en un profundo sueño.
Sin permiso del hombre, por lo tanto, le sacó una costilla, y de ella formó a la mujer.
Ese mismo día, por la tarde, el Señor halló muy atareada a la Serpiente.
-¿Qué haces? -le preguntó.
-Una manzana -respondió el Espíritu Maligno.
-¿Una manzana? -se sorprendió el Creador-. ¿Para qué?
Le contestó, ceñuda, la Serpiente:
-¿A poco crees que nada más Tú puedes hacer tentaciones?
¡Hasta mañana!...