Llega el viajero a Nantes, en Francia, y ve la estatua de Cambronne.
El barón Pierre de Cambronne mandaba la Guardia Imperial -o Vieja Guardia- de Napoleón. En la batalla de Waterloo sus hombres fueron copados por una fuerza enemiga muy superior en número. El general inglés le intimó a Cambronne la rendición. "Merde! -respondió él-. La Garde meurt, mais ne se rend pas". La Guardia se muere, pero no se rinde. Traducción no tan libre.
Este Cambronne debe haber sido un hombre muy entero. No lo digo por su valor, sino por su forma de hablar. Me gustaría haberlo conocido. Sabía él que las palabras que llamamos "malas" son a veces las mejores.
¡Hasta mañana!...