Hu-Ssong hablaba con sus discípulos acerca de la vida. Acostumbraba decir él que la vida era el único tema de la filosofía. Le preguntó un alumno:
-Maestro: ¿de dónde venimos y a dónde vamos?
Respondió Hu-Ssong:
-Venimos del mismo lugar a donde vamos. Vamos al mismo lugar del cual venimos.
El discípulo ya no dijo nada. Pensó que aquél era un juego de palabras, uno más de los que hacía el maestro cuando sentía llegado el momento de callar. Pero en eso le preguntó Hu-Ssong:
-¿De dónde salimos para llegar a esta colina?
-De nuestra casa -contestó el discípulo.
-¿Y a dónde regresaremos?
-A nuestra casa.
Hu-Ssong ya no dijo nada. Y entonces el discípulo entendió que la respuesta de su maestro no había sido un juego de palabras.
¡Hasta mañana!...