Por esta sola vez y sin que el caso siente precedente el señor Cantalarrana asume el papel de un mexicano corriente y común.
Está muy preocupado el señor Cantalarrana. Anda lleno de inquietud; se le mira abatido y consternado. Lee los periódicos y no puede ocultar su desasosiego.
-¡Caramba! -exclama con voz llena de aflicción-. ¿Qué está pasando en este país? ¡Jamás en lo que llevo de vida habíamos visto algo semejante!
Revisa otra vez los diarios el señor Cantalarrana, lee con ansiedad la información y luego dice apesadumbrado:
-México 2; Estados Unidos 3. ¡No lo puedo creer!
¡Hasta mañana!...