Me habría gustado conocer a San Fidel, cuyo nombre se recuerda en este día. Fue abogado, a pesar de lo cual llegó a ser santo: la misericordia de Dios es infinita.
Cuando se decidió a dejar el mundo para volverse monje hizo su testamento igual que si fuera a morir. “... Salí desnudo del seno de mi madre -escribió-. Me despojo ahora de todo para volver desnudo al seno de quien me creó...”.
Mártir de la iglesia, presintió su muerte. Desde que tuvo ese presentimiento empezó a firmar todas sus cartas de este modo: Fidelis, prope diem esca vermium. Eso significa: “Fidel, que dentro de poco tiempo será alimento para los gusanos”.
Me habría gustado conocer a San Fidel. Sabía firmar.
¡Hasta mañana!...