Miren cómo guisa esta señora un par de huevos estrellados. Ha calentado el aceite en la sartén. No mucho: un poco nada más. Con delicadeza quiebra los huevos y los pone en un tazón. De ahí los desliza suavemente para que caigan sin daño en la sartén. Conforme se van friendo los baña con el aceite por arriba: así se freirán parejos. Por último desliza bajo ellos una pequeña pala de aluminio; con diestro movimiento de la mano los saca de la sartén y los sirve en el plato.
Vamos ahora a otro lugar y observemos cómo talla su estatua este escultor. Toma cincel y martillo y empieza a desbastar el gran bloque de mármol...
No sé cómo saldrá su obra de arte. La otra obra de arte, la que hizo la señora en la cocina, ésa salió perfecta.
¡Hasta mañana!...