HISTORIAS DE LA CREACÓN DEL MUNDO
El Señor designó a la paloma "El Ave de la Paz”.
Y la paloma se sentía muy orgullosa: por su mansa, apacible dulcedumbre fue la escogida del Creador para ser emblema de aquel bien tan valioso.
Un día, sin embargo, el Señor vio a la paloma. Estaba afilando su pico y sus uñas, tenía en los ojos un brillo de ferocidad.
-¿Qué sucede? -le preguntó alarmado-. ¿Por qué obras así?
Y respondió la paloma con ronca voz de furia:
-Las demás aves no me quieren reconocer como representante de la paz. Les voy a hacer la guerra.
El Señor suspiró lleno de tristeza. Supo ya desde entonces que nunca el mundo conocería la paz, ni siquiera en forma de paloma.
¿Hasta mañana!....