HISTORIAS DEL SEÑOR PEREZ Y DE SU TRÁGICA LUCHA CONTRA LA BUROCRACIA
El Alto Funcionario del Estado le preguntó al señor pérez su apellido.
-pérez -respondió él.
-p-é-r-e-z -contó El Alto Funcionario del Estado-. Son cinco letras. Más el acento, seis. Pagarás 6 mil pesos de Impuestos por el derecho al uso de ese nombre.
-¿6 mil pesos? -se angustió el señor pérez-. ¿De dónde voy a sacar ese Dinero?
-El Estado es misericordioso -lo tranquilizó El Alto Funcionario-. Podemos hacerte una rebaja en el acento. Te lo dejaremos en 500 Pesos.
¡500 pesos! Eso era el ahorro que en toda su vida había logrado reunir el señor pérez. Pidió alguna consideración, pero el Alto Funcionario le dijo que la misericordia del Estado tiene un límite. Así, el señor pérez entregó los 500 pesos. Sin embargo ya no se llama pérez. No tiene suficiente dinero para poder llamarse así. Ahora se llama ´. Su nombre es el acento, nada más.
¡Hasta mañana!...