Las cosas tienen género. Los géneros son dos: masculino y femenino. (No necesariamente en ese orden).
Los seres vivos, entre ellos las personas, tienen sexo. Se incurre en error cuando se habla, por ejemplo, de “violencia de género”. Se debería decir “violencia por causa de sexo”. Eso de decir “género” en vez de decir “sexo” viene del inglés. Los puritanos, tan puritanos ellos, rehuían usar la palabra “sex” y usaban en su lugar al eufemismo “gender”.
Si en las cosas los géneros son dos, en las personas los sexos son más de dos. Muchos errores e injusticias se cometen cuando se reducen los sexos tajantemente a dos y se desconocen o niegan los derechos de quienes tienen una naturaleza o una preferencia sexual diversa.
Hay más sexos que géneros. Reconocer eso no es sólo cosa de gramática. Es también cosa de humanidad.
¡Hasta mañana!...