¿Tú me soñabas, Terry, perro mío? Porque te sueño a veces yo. Llegas de pronto cuando estoy dormido. Despierto sin despertar, y te miro, y escucho tu ladrido jubiloso.
Dime una cosa, Terry: lo que soñamos ¿es el recuerdo o es la profecía? ¿Te sueño porque te vi, o te sueño porque te veré? Quién sabe... Los sueños son cosa sin materia. A veces ni siquiera sabemos si hemos soñado. Quizá al final de nuestra vida ni siquiera sabremos si hemos vivido...
Si tú vivieras, Terry, me estarías mirando ahora con esos ojos de agua que tenías, y habría en tu mirada una expresión perpleja. ¿Por qué, te preguntarías, mi dueño se enreda en esos enredados pensamientos? Tú, que siempre tuviste la sabiduría de las pequeñas criaturas del Señor, sabías que soñar es una forma de vivir, lo mismo que vivir es una forma de soñar.
Duerme tu sueño, Terry. Yo viviré los míos, hasta que nos soñemos juntos otra vez.
¡Hasta mañana!...