Este gato tiene ojos de mujer, y esta mujer tiene ojos de gato. Si los dos me miraran a la vez me desvanecería. No quiero decir con eso que perdería el sentido: quiero significar que desaparecería, que me evaporaría en el aire, como humo que se va.
¿Quién puede resistir la mirada de un rayo, ya no de cuatro al mismo tiempo? Cuando esta mujer y este gato te miran con su mirada verde y amarilla, es como si la selva te mirara con toda su maldad. En la implacable mirada de la mujer felina y el femenino gato está la sierpe, y el río de los peces que devoran, y el ave de corvo pico que saca las entrañas de sus víctimas...
Miro el cuadro de Kirchner y siento un calosfrío. El hombre, pequeño animal asustadizo, se vuelve nada ante la ferocidad de la mujer, el gato y el artista.
¡Hasta mañana!...