Consejos Médicos
EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- La modificación de algunos factores como los hábitos alimenticios, la actividad física y el consumo de tabaco, puede ser determinante en la prevención de infartos y embolias cerebrales, expuso el médico internista y de Terapia Intensiva del Hospital Los Ángeles, Óscar Hernández García.
Entre los factores que predisponen un infarto cardiaco o cerebral figuran, además de los ya mencionados, la obesidad, la edad y el género, de los cuales estos dos últimos no se pueden modificar.
En este aspecto, señaló que el riesgo cardiovascular es menor en las mujeres que todavía no han alcanzado los 45 años, debido a que están protegidas por la producción de estrógenos, pero conforme superan esta edad la frecuencia de infartos se empata con relación a la población masculina. El riesgo es mayor para las personas con obesidad o que tienen alguna enfermedad crónico degenerativa como la diabetes o la hipertensión.
La transformación en los hábitos alimenticios, aunado al consumo de tabaco, la falta de ejercicio y el estrés, han influido en que se registren infartos a una edad cada vez más temprana, pues al decir del especialista, hasta hace algunos años resultaba muy extraño que ingresaran a los hospitales pacientes entre los 30 y 40 años de edad por esta causa.
Esto se debe a que en la actualidad se consumen en mayor cantidad, alimentos ricos en grasas o muy industrializados, además de que no se fomenta la práctica de algún ejercicio y la población está expuesta a un estrés que genera una baja pero continua secreción de adrenalina.
A esto se añade el consumo de algunas sustancias como la cocaína, el que existe en una proporción cada vez mayor principalmente en la población de jóvenes.
Hernández García refiere que uno de los principales indicadores por los que debe existir una preocupación especial acerca de este padecimiento, es que los índices de mortalidad no han disminuido en la última década, toda vez que en nuestro país los infartos cardiacos siguen siendo la primera causa de muerte.
Con las bajas temperaturas, el peligro de sufrir un paro cardiaco se incrementa para las personas mayores de 50 años y que ya tienen antecedentes de riesgo, sobre todo cuando se exponen a un clima frío mediante la práctica de ejercicio físico.
En estos casos, dijo el especialista, lo recomendable es que quienes hayan padecido de un infarto o tengan alguna enfermedad crónico degenerativa, se abstengan de realizar cualquier actividad física mientras se exponen a un clima frío.
En términos generales, la población debe tomar en cuenta la importancia de una dieta sana, en la que se elimine el exceso de harinas y se enriquezca con pollo, pescado y carne sólo una vez a la semana; la práctica de ejercicio y eliminar hábitos nocivos como el fumar, para prevenir el surgimiento de un infarto o embolia cerebral.
Éstas y otras medidas de prevención, tienen como finalidad evitar el ingreso hospitalario de los pacientes, pues una vez que alguien ha sufrido de un paro respiratorio enfrenta el riesgo de morir o de quedar vulnerable a un ataque posterior.
Aunado a ello, es enorme el costo económico que tiene el brindar atención a estos pacientes, pues sea en un hospital privado o público y sin considerar que los gastos los absorba el Gobierno o el propio enfermo, se considera que una semana de hospitalización alcanza los 200 mil pesos.
Óscar Hernández expuso que la mitad de las personas que sufren de un infarto no llega a recibir atención médica especializada, pues mueren en el trayecto porque se trata de pacientes que no tuvieron el control adecuado y en su mayoría tienen alguna enfermedad crónico degenerativa.
SÍNTOMAS Y TRATAMIENTO
La población está cada vez más consciente de los síntomas que anteceden a un infarto, después de cuya aparición la atención médica inmediata puede ser cuestión de vida o muerte.
· Se presenta un dolor en el pecho en forma recurrente y que no cede al reposo, acompañado de sudoración, palidez y náuseas.
· Si el paciente llega al hospital de inmediato a la aparición de los síntomas o hasta ocho horas después, se le brinda tratamiento convencional a base de medicamentos trombolíticos, los cuales sirven para abrir y destapar las arterias.
· Posterior a las ocho horas, el enfermo únicamente recibe tratamiento conservador, con medicamentos para aminorar el dolor y abrir los vasos sanguíneos, sin descongestionarlos, lo que puede agravar su estado físico o predisponerlo a otros ataques.
· Existe otra técnica invasiva mediante cateterismo para desbloquear las arterias, la cual es de alto costo y requiere de disposición de infraestructura hospitalaria y recursos humanos.
· Entre más pronto acuda el paciente a recibir atención médica luego de registrarse los primeros síntomas, será mejor el pronóstico de vida.
FUENTE: Óscar Hernández García, médico internista y de Terapia Intensiva del Hospital Los Ángeles
HABITOS
Además de cuidar desde una temprana edad la alimentación, hacer ejercicio y evitar hábitos nocivos como el fumar, existen otras recomendaciones a tomar en cuenta:
· Una persona que se considera sana debe, hasta dos veces por año, someterse a un chequeo médico para revisar el estado de su presión arterial, niveles de colesterol y glucosa, además de practicarse un electrocardiograma.
· Quienes tienen alguna enfermedad crónico degenerativa, deben además de lo anterior, mante-nerse en tratamiento y control médico permanente, pues enfrentan el triple de posibilidades de sufrir un infarto.
FUENTE: Investigación de El Siglo de Torreón