EL SIGLO DE TORREÓN
MATAMOROS, COAH.- No importa si son taxis, combis o camiones. El servicio de transporte de ruta en este municipio presenta muchas carencias, desde los vidrios rotos hasta fallas internas en los motores, por lo que los ciudadanos consideran que es de pésima calidad.
En un sondeo realizado por El Siglo de Torreón, los matamorenses concordaron en que el servicio de transporte de combis es preferible al de los autobuses rojos, pero insistieron en que todo lo referente a este rubro es deficiente.
María Santos, ama de casa y usuaria de los autobuses rojos, cuya ruta es de Torreón a Matamoros y viceversa, comentó que estos camiones ofrecían un mal servicio, pues además de la falta de mantenimiento en el interior de las unidades, los choferes son groseros y déspotas con la gente.
Por ello, la señora prefiere trasladarse en los camiones de Congregación Hidalgo, pues aunque las condiciones físicas del mueble tampoco son las mejores, por lo menos el servicio que brindan los conductores sí es lo suficientemente cortés.
Vanessa Dafne, estudiante, comentó que las combis resultaban muy inseguras, debido que hay algunas que no cuentan siquiera con asientos, sino que la gente se ve obligada a sentarse en cajas, tinas, tanques y otros artículos de este tipo, que con el movimiento se vuelven inestables y las personas que van en ellos se caen.
Sin embargo, señaló que era preferible a los choferes de los autobuses rojos, a los que calificó de ?locos?, ya que frenan repentinamente sin preocuparse de la gente que trasladan, que termina golpeándose con los asientos en estos movimientos.
?Cuando vemos un chofer que ya sabemos que maneja mal, mejor nos esperamos a que pase otro, porque ya sabemos que hay muchos que están locos y manejan como si fuéramos vacas?, manifestó.
Juvencia Rodríguez, ama de casa, dijo que otro problema del municipio es que las calles se encuentran en muy malas condiciones, sin pavimentar y con baches, lo que empeora la situación de las personas que se trasladan en las combis sobre cajas y tinas.
