No aclaran si la corrupción tiene que ver con lo público o lo privado y "deja la responsabilidad de ser honestos a la gente común".
18 de mayo 2004
México, D.F. (SUN-AEE).- La campaña propagandística Cineminutos por la transparencia difundida por la Secretaría de la Función Pública (SFP), incentiva la proclividad de un individuo a cometer actos de corrupción en vez de inhibirla, concluye el estudio "Actitudes y Percepciones: el caso de los Cineminutos por la Transparencia", elaborado por CIE Consulting & Research, una consultoría creada para analizar el fenómeno de la corrupción.
Esto se debe a que los cuatro spots que conforman la campaña presentan un mensaje ambivalente, que no aclara si la corrupción tiene que ver con lo público o lo privado y "deja la responsabilidad de ser honestos a la gente común", cuando son los políticos y los "grupos altos de la sociedad" los que han estado involucrados en delitos de este tipo en los últimos días.
El análisis de la campaña fue elaborado por los investigadores Isabela Corduneanu, doctora en Historia Oral por la University Institute, Florencia; Manuel Guerrero, catedrático de la Universidad Iberoamericana y especialista en investigación de audiencias, y Eduardo Rodríguez, catedrático del Tecnológico de Monterrey y especialista en economía de las decisiones públicas.
El estudio está basado en los comentarios de 11 grupos de enfoque cada uno conformado por alrededor de ocho personas, cuyos integrantes aseguraron que los anuncios de la SFP no proponen "soluciones prácticas ni castigos" para los corruptos.
Incluso, "los participantes (en los grupos de enfoque) se sienten indignados debido a que el mensaje que se percibe va dirigido al pueblo… y descuida en cambio la verdadera corrupción, la de los altos niveles".
Los spots fueron originalmente transmitidos en calidad de cortometrajes en salas cinematográficas. La idea creativa fue desarrollada por la SFP y la producción corrió a cargo del Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine).
Uno de los spots muestra a un doctor que se niega a expedir una factura a nombre de la esposa de su paciente; otro presenta a una mujer que desmiente a un político que asegura que una calle fue pavimentada; un tercero muestra a un niño que juega mientras su papá recibe un soborno, etcétera.