EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- Cincuenta y siete años de congelar imágenes que han quedado grabadas en la historia de la Comarca Lagunera. Todo ese tiempo ha pasado desde que don Ramón Sotomayor Woessner tomó por primera vez una cámara fotográfica en el año de 1948, para retratar siempre con su mejor ángulo los aconteceres más importantes de la sociedad lagunera.
Precisamente, para reconocer su trayectoria profesional y situarlo como una persona que representa cabalmente esa notable casta de laguneros tenaces, honestos, leales y trabajadores, el Club Rotario de Torreón le rindió el miércoles tres de marzo un homenaje a nuestro querido compañero Ramoncito -como le llaman algunos de cariño-, para expresarle su agradecimiento por todo el tiempo que ha llevado a los hogares laguneros la mejor información gráfica.
Contento y a la vez nervioso, don Ramón pasó a recoger su reconocimiento, tomó el micrófono para expresar su agradecimiento; su voz entrecortada denotaba la emoción que le embargaba... después todo se tornó en felicitaciones, al tiempo que aprovechaba para compartirnos lo mucho que tiene por contar.
Descubrió su vocación de manera fortuita: ?Todo empezó a finales del año de 1947, cuando un conocido me dijo que había salido en El Siglo de Torreón un anuncio solicitando cobrador con bicicleta, recuerdo muy bien que acudí a un negocio ubicado sobre la avenida Morelos a un lado del centro Mutualista a solicitar el empleo, el cual por cierto me lo dieron y consistía en cobrar fotografías, ahí duré sólo una semana porque no me gustó, entonces el dueño que era un español de nombre Rafael Moreno, me dijo ?me gustas para fotógrafo, pruébate, es muy fácil? y me dio una cámara, en ese entonces tenía 13 años de edad.
Empecé como fotógrafo ambulante, en un principio me daba vergüenza con las muchachillas, era malo para las fotos, les cortaba parte de la cabeza, el trabajo regía en retratar a la gente que pasaba por la calle, mi centro de trabajo y el de todos los fotógrafos de ese entonces era la avenida Hidalgo y Cepeda; me instalaba en el antiguo correo, que después ocupó conocido almacén de prestigio, utilizábamos cámaras de Bray de rollo de 100 pies, ahí conocí a queridos empresarios como a don Miguel Papadópulos, Francisco Martín Borque, Luciano Arriaga, los señores Lack y Villarreal, entre otros?.
Desde entonces abrazó la fotografía con dignidad y pericia. Don Ramón es un hombre feliz, padre de 19 hijos, con 32 nietos y una bisnieta que hoy, a sus 70 años de edad, recuerda ese momento, cuando tenía sólo 15 y su señora madre, Fanny Woessner, le compró un equipo fotográfico de la marca Retinette, una ampliadora y unas charolas para los líquidos. Empezó como fotógrafo ambulante, visitaba la Catedral de Nuestra Señora del Carmen y esperaba la salida de la gente que iba a misa de doce y una de la tarde; tiempo después con la llegada del foto flub, se puso a trabajar en los bailes nocturnos como los que se hacían con motivo del Día del Cartero y Las Covadongas.
Su llegada a El Siglo de Torreón
Entonces, el El Siglo de Torreón entró en su vida: Corría el año de 1952 cuando Pedro Segovia, único fotógrafo de sociales de este periódico, le invita a trabajar como su ayudante, así transcurrieron cuatro años hasta que el señor se retiró y el director de la empresa, don Antonio de Juambelz, le mandó llamar para colaborar en sociales. ?En aquel tiempo se trabajaba en frío -plomo-, tiempo más tarde se cambió al sistema de impresión Offsett o sea de caliente a frío?, recuerda vívidamente.
Más de cinco décadas de tomar el pulso a la sociedad lagunera, convierten a don Ramón en toda una caja de memorias, de recuerdos: ?Fui a bodas espectaculares que se celebraban en el Casino de La Laguna, en ese tiempo las parejas se casaban en sábado y por la tarde. Por ejemplo, fui a los banquetes del doctor Franco y señorita Fajer, del doctor Tinajero con la señorita González Fariño, Ernesto González Domene con Pilar Madero, Alberto González y señorita Lamberta, del ingeniero Jiménez y Abigaíl Saracho, las bodas de los hijos de la señora Ortiz de Bredeé, también estuve en la primera boda de noche que se celebró en Torreón que fue la de Mario Villarreal Rodríguez y Aída de la Garza, a la ceremonia vino el Arzobispo de Saltillo, este acontecimiento causó sensación, recuerdo que la gente se concentró en las afueras de la iglesia.
?Otro suceso importante en el que trabajé fue en la llegada del primer Obispo de Torreón, don Fernando Romo Gutiérrez, fue impresionante, hubo un desfile por toda la ciudad, la gente acudió después a la Catedral para recibirlo, el señor entró al templo bajo palio.
?Cómo olvidar los espectáculos sociales que hacían para obras altruistas las señoras Rosa María Ortiz de Bredeé, Carmen Pámanes de Haces Gil, Lucía de Fernández Aguirre, aquellas importantes convenciones de banqueros. No obstante recuerdo aquellos inolvidables bailes de Blanco y Negro, las noches de Año Nuevo en el Casino de La Laguna, la Feria del Algodón y la Uva, entre otras?.
En esta cascada de remembranzas, don Ramón atesora esos momentos que por su significado e impacto resultan hoy muy especiales.
Su trabajo
?Por un período largo hice los pies de grabados de las fotos de sociales junto con mi esposa Ofelia Covarrubias (f), quien además tuvo que ayudarme a redactar las reseñas; lo anterior sucedió porque la señora Beatriz Ruiz de González, compañera y única persona que en ese entonces escribía sociales, tuvo que ausentarse del periódico debido a la enfermedad de su esposo, Jorge González Juambelz. Los pies los hice por mucho tiempo hasta que la señora González se reintegró al trabajo, fue un período de mucho trabajo, pues además de esta actividad fungía como fotógrafo, llegaba apresurado en la noche a redactar los pies, sin contar el revelado que tenía que hacer diariamente para que las fotografías se publicaran al siguiente día; fui el primer fotomecánico de El Siglo de Torreón.
?En la sección local trabajé cuando suplí a mi tío Rodolfo Woessner, me quedé yo solo con sociales y la policíaca, ahí compartí gratos momentos con los compañeros don Guillermo Galván Ríos (f), don José de la Parra (f), Rodolfo Guzmán (f), Armando Ramírez (f) y la señora Beatriz Ruiz de González, en lo deportivo con Manuel Delgado (f), Froylán Chiner, después entraron Alfredo Rivera (f), Rodrigo Caballero, Higinio Esparza, César Marina (f) y Jesús Moreno, entre otros queridos amigos más.
?También en hechos tristes estuve presente como en la explosión de Guayuleras, donde un tren chocó con un camión cargado de dinamita, me acuerdo que en ese momento trabajaba en el Casino de La Laguna, se sintió cómo los vidrios se cimbraron del estruendo tan fuerte que desató el accidente, el cielo se puso rojo, fue un seceso muy feo.
?La inundación de León Guzmán, lo siniestro de ahí fue que se vino abajo la mayoría de las casas casi todas de adobe, en una de ellas escuché a una señora que sollozaba, me introduje a la casa y la saqué, no quería salirse por no dejar su máquina de coser, finalmente la convencí y con una mano la empujé hacia fuera y con la otra alzaba mi cámara, esta noticia salió en la primera página de este periódico.
?Así también cubrí la noticia de las giras presidenciales en la Comarca Lagunera, en espectáculos la inauguración del hotel Río Nazas a la cual vino María Félix y en deportes fue una de las secciones en las que más colaboré. Tengo muchas anécdotas más que platicar que si me pongo a pensar, no terminaría?.
Por todo lo anterior y en esta etapa tan especial de su vida, se toma un momento para agradecer a Dios el haber conocido a don Antonio de Juambelz, ?quien creyó en mí sin conocerme, este trabajo me permitió tratar a mucha gente que hoy aprecio demasiado, me llena de gusto cuando me los encuentro, ahora me toca retratar a las bisnietas de mis primeras bodas?.
Honor a quien honor merece. Es su trabajo y carisma quien lo respalda, don Ramón Sotomayor Woessner a sus 70 años de edad, es un profesional que por muchos años ha sido testigo y cronista gráfico de la vida de nuestra Comarca Lagunera.
