El Cairo, (EFE).- La momia de Tutankamón será finalmente sometida a rayos X en Luxor, ya que su estado impide el traslado a El Cairo, para esclarecer si el faraón murió asesinado o de un mal misterioso que explicaría la leyenda negra que le rodea.
Desde el hallazgo en 1922 de la momia y su fabuloso tesoro, la causa de la muerte del faraón a la temprana edad de 18 años es un enigma que la muerte también rápida y en extrañas circunstancias de algunos de los descubridores mantiene en un aura de maldición.
Tras anunciar que los restos serían trasladados a esta capital para establecer el motivo del fallecimiento del famoso soberano, el secretario del Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto (CSA), Zahi Hawas, precisó que el examen se realizará en Luxor.
Según Hawas, el motivo del cambio de planes se debe a que el estado de la momia - de la que restan dos huesos, el cráneo y el tórax- aconsejaba que el examen se realice en su actual morada del Valle de los Reyes, en la ribera occidental del Nilo, frente a la ciudad de Luxor.
De acuerdo con observadores locales, la decisión respondería en realidad a la presión de la población de la zona, que ha convertido a Tutankamón en un icono y teme que cesen de llegarle los pingües beneficios que dejan el inagotable flujo de turistas que visitan la región.
La momia será sometido a exámenes radiológicos en su propio sarcófago, que sólo ha sido abierto en una ocasión, en 1968, cuando se localizó en el cráneo una astilla de hueso animal, lo que podría inducir a pensar que el faraón fue asesinado de un golpe seco.
De confirmarse esa posibilidad, se disiparía de una vez por todas la creencia de fuerte arraigo popular -no sólo en Egipto, sino también en el resto del mundo-, de que Tutankamón sucumbió de una rara enfermedad que contagió a quienes descubrieron su tumba.
Apenas días después de que el egiptólogo británico, Howard Carter, encontrara el sepulcro de Tutankamón, el 4 de noviembre de 1922, fallecía en circunstancias no del todo explicadas su mentor, Lord Carnavon, que también había entrado en la tumba.
Un informe médico atribuyó la muerte de Lord Carnavon a la picadura de un mosquito, pero el fallecimiento a continuación también sin causa aparente de varios trabajadores egipcios que ayudaron a Carter a desmantelar el tesoro funerario extendió todo tipo de conjeturas, que prosiguen más de 80 años después.
Para algunos, las muertes se debieron a desconocidas bacterias mortales que provocaron la desaparición de Tutankamón y que fueron sido liberadas al cabo de más de tres milenios de encierro; según otros, fue la venganza del faraón a quienes violaron su eterno descanso y "robaron" las pertenencias de que disfrutaba en "su otra vida".
Lo seguro es que, en términos históricos, Tutankamón fue un faraón de poca importancia, ya que solo reinó diez años -del 1333 al 1323 a.C-, la mayor parte de ellos siendo un niño y sin que en los registros haya quedado de su mandato nada espectacular.
Las espléndidas joyas, los delicados muebles y la máscara de oro puro hallados en su tumba -y que en la actualidad se exhiben en el Museo Egipcio de El Cairo-, componen, sin embargo, el más fabuloso tesoro funerario que se conserva del Antiguo Egipto.