Londres, (EFE).- Una momia egipcia de tres mil años cobrará vida en el Museo Británico, gracias a una revolucionaria técnica que, por primera vez, ha permitido reconstruir su rostro en tres dimensiones, según una exhibición que abrirá al público.
Se trata de Nesperennub, un antiguo religioso del complejo de Karnak (Luxor), que vivió alrededor del año 800 A.C. y cuyo sarcófago estaba entre los diez pertenecientes a la galería británica que aún permanecen sellados.
"La momia contiene una enorme cantidad de datos sobre el pasado remoto que permanece inaccesible. La última tecnología ha revelado lo que había dentro", afirmó John Taylor, que trabaja en el Departamento del Antiguo Egipto y Sudán del Museo Británico.
Hasta ahora, el único modo que tenían los expertos de estudiar las momias egipcias era abriendo los ataúdes, pero este sistema deterioraba tanto el cuerpo como los materiales del sarcófago.
Sin embargo, la innovadora técnica -utilizada en hospitales en la radiología de cráneo- combina el escáner por ordenador con los rayos X como si de una autopsia virtual se tratara, según la exhibición titulada "Mummy. The Inside Story", que podrá ser vista hasta enero de 2005.
Así, los arqueólogos quitaron las vendas de Nesperennub por ordenador y lograron reconstruir su cara con total claridad en tres dimensiones, gracias a más de mil 500 fotos desde diversos ángulos.
De mandíbulas prominentes, nariz ancha y cabeza afeitada -rasgo característico de un religioso de la época-, Nesperennub servía en el templo de Amun Ra (dios egipcio del sol) y gozó de una vida sana y privilegiada, pues vivió hasta los cuarenta años.
"Sabíamos que todo lo que había dentro estaría exactamente igual de cómo lo habían dejado. Las inscripciones también revelaron el contexto de la momia. Pudimos fecharla y saber dónde trabajaba, algo que es raro", señaló Taylor al diario "The Times".
El escáner, utilizado en el Hospital Nacional de Neurología y Neurocirugía de Londres, reveló que la piel y los músculos del religioso estaban bien preservados, pues se veían incluso los dedos de los pies y las uñas.
Los arqueólogos también encontraron en el sarcófago un amuleto de serpiente, símbolo de la preocupación de los egipcios por preservar el buen estado de los cuerpos y alejarlos de los malos espíritus en su paso al más allá.