AGENCIAS
OAXACA, OAX.- La actividad sísmica, la humedad y la amplia visita que recibe -600 mil personas anualmente-, han derivado en el deterioro paulatino de las estructuras arquitectónicas de Monte Albán.
Con el propósito de aplicar medidas efectivas para su conservación, desde el año 2003 se realiza un proyecto de monitoreo, para detectar en el sitio los elementos sensibles a esas condiciones.
Nelly Robles García, directora de la zona arqueológica, señaló que tras los graves daños observados en el lugar, producto de un fuerte sismo suscitado en septiembre de 1999 en la costa del Estado, se decidió tomar acciones que paliaran en cierta medida esa vulnerabilidad.
Mediante una convocatoria emitida por el Gobierno japonés, en la que además de Monte Albán fueron inscritos los sitios de Palenque, Chiapas, Teotihuacan, y del Estado de México, se contó con el equipamiento requerido, el cual incluye un sismógrafo y un acelerógrafo, que permiten evaluar tanto la intensidad del sismo como el desplazamiento de los bienes inmuebles ante los movimientos telúricos.
Otra modalidad de monitoreo para Monte Albán, cuya extensión abarca alrededor de dos mil hectáreas, se enfoca a la conservación de las pinturas murales con las que cuentan algunas tumbas de la gran urbe (correspondientes a un diez por ciento de los 200 sepulcros descubiertos). Actualmente son analizadas de manera específica, las 104 y 105.
?En el sitio se localizan un número de ?tumbas pintadas? de un alto valor cultural, que datan de la época Clásica y dado que un largo tiempo se mantuvieron abiertas al público y no se ejerció el debido control para su entrada, se presentaron graves problemas en los estucos, entre ellos, el de los graffiti?, expresó la arqueóloga.
Ante esta situación se decidió, junto con el Consejo de Arqueología, detener por un tiempo no definido la visita al público en general y evaluar la temperatura, humedad y movimiento, que permitiera en un año y medio, establecer la capacidad de carga en las tumbas.
Lo anterior, dijo, brindará los parámetros para tomar una decisión sobre si esas estructuras pueden abrirse nuevamente a los visitantes o moderar el acceso e inclusive, ?diseñar como alternativa, réplicas de las tumbas. Sin embargo, cabe apuntar que cerrar de manera definitiva los vestigios sería como volverlos a enterrar y eso no está dentro de los planes del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH)?.
Refirió que esta clase de monitoreo no se había realizado en Monte Albán, de ahí que sea pionero en la profesionalización de su personal y varios sitios del país estén pendientes del resultado de este proyecto piloto, que es el Plan de Manejo, para tomar ideas y desarrollarlas conforme a sus propias necesidades.
?El grave problema de estas zonas arqueológicas, más allá de su afectación por elementos naturales, es la visita del público, estamos recibiendo alrededor de 600 mil personas al año y esto va en aumento entre un cuatro y cinco por ciento en ese mismo lapso?, manifestó la también coordinadora de las Mesas Redondas de Monte Albán.
El trabajo arqueológico, señaló, va a la par de los proyectos de conservación, y muestra de ello es que en la actualidad se realizan trabajos en la periferia del sitio, en coincidencia con la malla perimetral que el Gobierno del Estado de Oaxaca coloca para detener el crecimiento urbano.
EL PROYECTO
En cuanto a rescates arqueológicos, se han podido ubicar una serie de unidades domésticas en torno a Monte Albán -el sitio más estudiado de la entidad sureña-, que arrojan importantes datos acerca de la vida diaria de los antepasados zapotecos.
-Aunque la arqueología se enfocó en sus comienzos hacia Mitla, el sitio que representó el gran proyecto fue Monte Albán, a partir del cual se estableció la secuencia cerámica, las temporalidades, la cultura, la filiación zapoteca con una introducción mixteca muy al final. Esas bases hasta ahora no se han modificado.
-Sin contar las labores de monitoreo, la zona arqueológica ubicada en los Valles Centrales de Oaxaca, fue la primera donde se estableció un Plan de Manejo de sitio monumental, lo cual implica la apertura a diferentes especialidades, ubicar el trabajo antropológico en su justa dimensión y contar con estrategias de conducción del visitante y la generación de recursos.
-Entre las medidas concretas se encuentra el establecimiento de rutas y señalización adecuada, asesoría educativa durante el recorrido; cerrar los túneles en dirección a la Plaza Principal y colocar barreras que impiden el acceso indebido a las estructuras y partir de ellas, transformar el comportamiento de los visitantes en la zona. Se trata de ?dejar claro el mensaje de que Monte Albán es un verdadero museo abierto?, dice la directora de la zona arqueológica, Nelly Robles García.
FUENTE: INAH