Mediante una exposición, se explica la vida de los conventos novohispanos en nuestro país
AGENCIAS
MEXICO, D.F.- Los conventos novohispanos reprodujeron muchas características de la vida cotidiana de las sociedades donde se desarrollaron, consideró Viana Cadena, durante su participación en el Coloquio Internacional ?Monjas Coronadas. Vida conventual femenina en Hispanoamérica?, que se realiza en el Museo Nacional del Virreinato.
La investigadora de la Universidad de Valladolid, España, presentó la ponencia ?La música en la microsociedad espiritual de mujeres mantuanas?, en la que dio a conocer algunos de los aspectos de la vida cotidiana en el convento de La Inmaculada Concepción de Caracas, Venezuela.
En su exposición resaltó cómo la distribución jerárquica de los conventos era muy similar a la que se seguía fuera de ellos, ?con todo y sus diferencias sociales o de clase, pues había monjas que tenían mejores condiciones de vida que otras y algunas tenían acceso a tratos preferenciales y otras no.
?Algo que me parece muy interesante y que surgió a partir del desarrollo de ésta investigación, iniciada hace casi diez años, tiene que ver con el hecho de que se tenía la impresión generalizada de que las monjas vivían todas del mismo modo y no es así. En lo único en que coincidían era en las etapas de preparación por las que debían pasar, en ritos y ceremonias cotidianas?.
Cadena mencionó además que en la época Colonial las mujeres jóvenes buscaban superarse y lograr un lugar en la sociedad, pero sólo tenían dos opciones: el matrimonio o la vida conventual, que en ambos casos dependía de la capacidad de sus familias para poder pagar la dote necesaria.
Señaló que en el caso de las monjas, muchas eran educadas para ello desde niñas, por lo que cuando tenían la edad suficiente para poder ingresar a un convento, no tenían dudas acerca de lo que iban a hacer y a no ser que su familia hiciera un buen arreglo matrimonial, ingresarían a un convento, ?El proceso era largo, iniciaba entre los seis y ocho años y terminaba a los 18, cuando se graduaban como músicas con especialidad en al menos dos instrumentos, que podían ser la voz y el violín barroco -la única excepción era cuando aprendían a tocar el órgano, pues lo consideraban un instrumento muy complejo-, porque de no ser así corrían el riesgo de acabar como concubinas o prostitutas.
?De ahí la importancia que tenían los conventos en la vida novohispana, pues era una manera de protegerles y al mismo tiempo de fomentar el culto a Dios y la vida contemplativa. Por ello, al interior de los conventos se daban muchas actividades similares a las que acostumbraba la sociedad de la época?.
Cadena comentó como ejemplo el relacionado a las diferencias existentes entre ellas, pues las monjas con mayores recursos económicos podían llevar una vida menos limitada, e inclusive cuando morían había una marcada diferencia, pues el entierro de una abadesa -superiora en ciertas comunidades de religiosas- costaba alrededor de 140 pesos, mientras que el de una monja era de 80, pero si se trataba de una esclava negra o india, la erogación era de 20 pesos.
?Por eso la música era tan importante para ellas, porque en ese sentido todas tenían la misma oportunidad de desarrollarse y de expresarse?, sostuvo.