Durante años, las autoridades han dejado de lado el mantenimiento de paseos públicos y símbolos de identidad de Durango.
EL SIGLO DE DURANGO
Losetas y piezas de cantera desprendidas o destruidas, garabatos y borrones con pintura de spray o plumones, hierba crecida, basura, botellas de cerveza vacías o quebradas, orificios de bala, hasta resto de residuos fecales y de orina, son aspectos que presenten los principales monumentos históricos de la capital.
En un recorrido realizado ayer por estos sitios de identidad de los duranguenses se constató el descuido físico, el maltrato, así como la falta de mantenimiento y de limpieza en que están sumidos monumentos como los dedicados al Gral. Francisco Villa, Juárez y el Estudiante, a la Bandera, de recuerdo a la visita del Papa en mayo de 1990, así como otros localizados por el Paseo de Las Alamedas y el Jardín Juárez, menor conocido como Jardín Analco.
Uno de los monumentos más descuidados en su estructura es del Centauro del Norte, ubicado frente a la Central Camionera, no obstante que a principios del año 2000 fue removido de la glorieta hacia uno de los costados del flujo continuo, bajo la administración del gobernador de Ángel Sergio Guerrero Mier.
El monumento refleja la mala calidad de la obra, porque existen decenas de losetas de cantera desprendida de los muros; además, la figura del Gral. Francisco Villa montado en su cabello está borroneada con plumón. Igualmente, hay garabatos en la cantera.
Su diseño de muros enlazados en forma de caracol deja espacios libres abajo de la estatua que son utilizados como baños, porque permite que las personas se oculten para hacer necesidades fisiológicas, y que de aquí se desprenda un fétido fecal y de orines. Aquí en el centro del monumento, se observa que no toda la base fue cubierta de cantera, porque se aprecia que los trabajadores se quedaron a medias, además de que las lámparas de alumbrado no tienen focos. Igualmente en este espacio se observa que no hay encargados de la vigilancia de este monumento.
El de Juárez y el Estudiante, erigido en la Plaza IV Centenario, es un caso similar al del monumento al Gral. Francisco Villa, porque esta estatua también fue removida un poco más hacia atrás en el gobierno de Maximiliano Silerio Esparza, a finales de 1999.
Sin embargo, la obra también observó mala calidad, porque tiene desprendimientos de adornos en cantera, y la caída de barandales de cantera.
En uno de los arcos del lado derecho, ya no existe un barandal de cantera, y del lado izquierdo solamente quedan tres piezas en pie. Igualmente hay pequeños grabados en la cantera, y otros con plumones.
El Monumento a la Bandera, ubicado en las faldas del Cerro de los Remedios, presenta pedazos de cantera desprendidos de sus escalinatas, hierba crecida y basura. En la explana hay botellas de cerveza vacías y otras quebradas. Y la columna que se yergue a lo alto en sus primeros dos metros observa borrones y garabatos diversos, con pintura de spray y plumones.
La placa de cantera igualmente aparece con graffiti, tipo cholo. Hay leyendas de tono juvenil y de broma, desde el “busco novio”, “Óscar Ramírez H. Y Vicki”, “Jesús y C.”, etc.
Otro monumento grafiteado es el que se levantó en el fraccionamiento Jardines de Durango, para recordar la visita que hizo el papa Juan Pablo II el 9 mayo de 1990. Este monumento en forma de manos que abraza una cruz está descuidado en sus lámparas de iluminación.
Además, es víctima de un puesto de mariscos que funciona en un autobús y que diariamente se instala frente al monumento, restándole belleza.
El busto de Juárez del Jardín que lleva su nombre, o mejor conocido como Jardín de Analco, fue baleado hace unos meses, y todavía presenta los orificios de las balas. Su cantera fue tallada recientemente, pero ya apareció graffiti, y no existe ninguna placa conmemorativa.
En el remate de la calle Constitución está otro monumento a Juárez, que tiene algunas piezas de cantera desprendida. Este monumento fue derribado “por manos criminales el 24 de noviembre de 1954, y repuesta por el Gobierno del Estado el 5 de febrero de 1955”.
En el inicio de la calle Bruno Martínez está otro monumento, que no tiene ninguna inscripción, por lo que no se conoce su identidad, ni fecha en que se construyó. Por la parte de atrás se observa excremento.
Daños/ patrimonio de los duranguenses
Descuidados
Los principales monumentos históricos que hay en la ciudad de Durango están descuidados y carecen de mantenimiento, además de que son víctimas principalmente del graffiti.
Monumentos Descripción
Gral. Francisco Villa Losetas de cantera desprendida, lámparas sin focos, graffiti,
sitio usado como baño.
Juárez y El Estudiante Piezas de cantera desprendidas y destruidas, graffiti.
A la Bandera Escalones de cantera destrozados, piezas de cantera suelta, graffiti, basura, hierba crecida.
Juárez, en Barrio de Analco Orificios de bala en la cabeza, graffiti.
Juárez, en calle Constitución Piezas de cantera desprendida
Recuerdo al Papa Falta de mantenimiento, lámparas inservibles, graffiti.
FUENTE: Investigación de El Siglo de Durango.
De acuerdo con los antecedentes legales existentes, en 1972 se dio una declaratoria de zona de monumentos históricos; en Durango, esta zona abarcó 145 manzanas, las que representan 1.75 kilómetros cuadrados, incluyendo el primer cuadro de la ciudad.
Esto permitió que esta parte de la ciudad esté bajo la Ley Federal de Zonas de Monumentos Artísticos, Históricos y Arqueológicos, con lo que se sentaron las bases para la conservación del patrimonio de Durango.
Durante varias décadas, obras de gran calidad y construidas en una supuesta zona protegida ha sufrido daños, cambios y hasta su demolición por la poca atención que se dio a este aspecto por parte de las autoridades y la falta de conciencia en la sociedad.
Es en 1988 cuando se establece el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Durango, el cual al llegar realizó un estudio de los inmuebles ubicados en el Centro Histórico, logrando una empadronamiento de 700 edificios, de los mil 800 que se consideran como históricos en toda la entidad.
