BAGDAD, IRAQ.- Al menos 17 muertos, entre civiles y policías iraquíes y soldados estadounidenses y unos 50 heridos fue el saldo que dejaron ayer tres ataques con explosivos en las norteñas ciudades de Mosul, Tikrit, Kirkuk y Bagdad.
Un primer ataque con un coche bomba suicida tuvo lugar en el centro de Mosul, ubicada a unos 400 kilómetros al norte de Bagdad, causando nueve muertos -dos policías y siete civiles iraquíes- y unos 50 heridos, informaron fuentes oficiales iraquíes.
Agregaron que el coche bomba estalló alrededor de las 11:00 horas locales a las afueras de la comisaría del barrio de Al Zaqafa y causó bajas entre las fuerzas de la policía y la Corporación de Defensa Civil de Irak, dentro del edificio.
Entre los heridos se encuentran cuatro agentes de policía, dos tenientes-coroneles y un comandante y el resto son civiles, debido a que el área estaba muy concurrida al momento de la explosión.
Mosul es la tercera ciudad iraquí por el número de habitantes y alberga una población de árabes, kurdos, turcomanos y cristianos, entre los que se registran conflictos.
El segundo ataque tuvo lugar entre las ciudades de Tikrit y Kirkuk, cuando una bomba casera colocada en una carretera estalló al paso de un convoy de soldados estadounidenses de la Cuarta División de Infantería, causando la muerte de tres de ellos.
Voceros militares estadounidenses informaron que la bomba se ubicaba a unos 40 kilómetros al suroeste de la norteña ciudad petrolera de Kirkuk, que junto a Tikrit forma la llamada zona “triángulo sunnita”, escenario de ataques de la resistencia iraquí.
Por otra parte, un proyectil explotó ayer en una populosa zona residencial en Bagdad, matando a al menos cinco personas e hiriendo a otras, dijeron testigos y médicos.
La policía iraquí y soldados estadounidenses acordonaron una sección del distrito Baladiyyat en el este de la capital iraquí, una zona poblada principalmente por refugiados palestinos, poco después de que se oyera la explosión y una andanada de disparos.
El Ejército de Estados Unidos no hizo comentarios inmediatos sobre el incidente. Soldados y policías en la escena relataron versiones contradictorias de lo sucedido. Algunos dijeron que la explosión se debía a disparos con morteros, mientras otros consideraban que se trataba de misiles.
Testigos en un hospital cercano dijeron que los cadáveres de dos víctimas fueron transportados al lugar. Según residentes, se trataba de un padre y su hijo que tenían un pequeño negocio en la zona.
En otro hospital, funcionarios sanitarios dijeron que habían recibido los cadáveres de otras tres víctimas de la explosión.
Parientes enfurecidos gritaban alrededor de los cuerpos de sus seres queridos. “¿De dónde vinieron los cohetes?, ¿De (soldados) estadounidenses?”, preguntaban. Testigos en la escena también reportaron más lesionados después del impacto de la explosión en dos edificios residenciales. Según ellos, la policía iraquí realizó disparos para dispersar a la muchedumbre.
Las fuerzas estadounidenses han vivido en estado de máxima alerta ante la posibilidad de ataques guerrilleros durante la celebración musulmana de Eid al-Adha.