Los presos que escaparon dijeron que además de los nueve contabilizados, otros cuatro internos han sido ejecutados, los cuales podrían ser devorados por sus compañeros.
22 de abril 2004.
Porto Velho (Brasil), (EFE).- Seis presos, que huyeron hoy del presidio brasileño que está bajo control de varios amotinados desde el pasado domingo, denunciaron que puede llegar a 13 el número de internos asesinados en el lugar.
Los fugados, que se entregaron a la policía apenas salieron del presidio, dijeron haber corrido varios riesgos para huir de los amotinados, quienes han amenazado con matar a todos sus rivales dentro de la cárcel de Urso Branco.
Algunos de ellos fueron decapitados o descuartizados incluso frente a las cámaras de la televisión.
En el recinto carcelario además permanecen 165 familiares de internos, considerados por las autoridades como "rehenes voluntarios" por negarse a abandonar el lugar.
En 2001 el mismo penal fue escenario de una rebelión en la que murieron 27 personas.
Un fiscal del ministerio público, que participó en las negociaciones con los presos e ingresó al edificio el miércoles, ya había admitido la existencia de otros dos cadáveres, además de los nueve cuerpos que ya han sido mostrados o arrojados desde el techo del penal.
Varios de los que huyeron, saltando desde elevados tejados, dijeron estar entre los presos amenazados de muerte por los rebeldes.
Uno de los fugados se lanzó al vacío desde casi 15 metros de altura para escapar de los amotinados y debió ser hospitalizado con heridas de gravedad. Otros tres, que saltaron muros de siete metros, sufrieron lesiones menores.
La secretaría de Seguridad Pública de Rondonia informó de que las negociaciones han avanzado poco, pese a que el gobierno regional ha aceptado 17 de las 20 reivindicaciones iniciales de los rebelados, como la sustitución de los directores del presidio.
Según la misma fuente, los amotinados, al parecer sin un líder único y armados con algunas pistolas y revólveres, intentan aplazar las negociaciones mientras cavan un túnel para intentar una fuga masiva.
La policía, que ahora ha descartado la posibilidad de invadir el presidio ante el riesgo para los rehenes voluntarios, hizo en la madrugada de hoy un simulacro de ocupación, que fue repelido a pedradas desde la cárcel.
Además de la sustitución de los directores, los presos demandan "más tiempo para el baño de sol", mejoras en la comida y el traslado de algunos presos.
Las autoridades regionales tan sólo han descartado la posibilidad de que el gobernador de Rondonia, Ivo Cassol, acuda al presidio para negociar con los rebelados, como estos piden, y han rechazado también la petición de sean los propios presos quienes escojan al director del centro carcelario.
En la cárcel, con capacidad para 350 reclusos, hay 1.300 internos, pero se desconoce cuántos participan del motín.
Las autoridades esperan que se rindan
Las autoridades, que han cortado los servicios de agua, energía y alimentos, esperan que los amotinados se rindan por cansancio.
Mientras que los rehenes se están alimentando con galletas encontradas en los almacenes del presidio, los amotinados han devorado hasta los gatos que vivían en el lugar y, según algunos medios de comunicación, han amenazado con matar nuevos rivales para comer su carne.