Los líderes sindicales que mantienen su postura de realizar plantones, marchas y paros de labores el martes 31 y miércoles primero, tomaron con reserva el anuncio del Gobierno Federal de que resguardará con soldados, marinos y policías federales algo así como 80 instalaciones estratégicas, sobre todo, relacionadas con la generación y distribución de la energía eléctrica.
En la Ciudad de México, algunos de los líderes, sobre todo de los sindicatos del IMSS y de Telmex, consideraron la advertencia gubernamental de que se impedirá cualquier sabotaje a servicios básicos, como una suerte de provocación. Sin embargo, precisaron que la movilización no contempla el bajarle al “switch” como algunos habían sugerido.
De todas formas, habrá marchas y plantones y –por supuesto- suspensión de labores tanto en el Instituto Mexicano del Seguro Social, como en Teléfonos de México.
Los que encabezan este movimiento de repudio a los recientes cambios al Régimen de Jubilaciones y Pensiones, tienen especial cuidado en asegurar que urgencias, hospitalización y quirófano en el IMSS, por ejemplo, no se verán afectados. De igual manera los telefonistas, dicen que el martes por la tarde y el miércoles no se realizarán cobros ni se atenderán quejas, pero que el resto de los servicios de la red de telefonía, no se verán afectados.
En suma, parece que el Gobierno Federal no tendrá necesidad de utilizar a la fuerza pública para garantizar la prestación de los servicios y evitar sabotajes y que los líderes sindicales tienen ya, especial cuidado en que su protesta no derive en acciones que pondrían a la totalidad de la población en su contra.
Las señales apuntan a que la sangre no llegará al río… y eso nos debe tranquilizar a todos los mexicanos.
