Aseguran autoridades que la clave para resolver el crimen es una mujer de nombre Rocío.
El Siglo de Torreón
Gómez Palacio, Dgo.- “A tu primo lo están golpeando...”, avisó por teléfono una voz femenina no identificada. El familiar, desconcertado, esperó hasta que amaneciera para ir con su tía y acompañados de un amigo fueron a la casa. Al entrar, los tres quedaron consternados, había sangre en todas partes; en el suelo, Jesús tuvo su último aliento ante los visitantes. La clave en el crimen tiene rostro de mujer: Rocío.
La muerte de Jesús Luévanos Valdez, de 28 años, fue muy violenta; sus agresores tuvieron que estar intoxicados. Dieciocho puñaladas en el cuerpo y cuatro heridas profundas en la cabeza provocadas con un bat de metal, hicieron que el joven se desangrara. La víctima tenía las manos atadas con un cable telefónico.
La camioneta del torturado —una pick up Dodge Ram, color gris, modelo 2004— está desaparecida. Juan Débora Márquez, de 30 años, y Lenin Gutiérrez Gómez, de 27, fueron vistos con el occiso y una mujer no identificada a las 18:00 horas del domingo; estaban tomando cerveza. Los dos jóvenes sostienen que vieron por última vez a Jesús a la medianoche.
Sobre el hallazgo de Jesús, eran las 4:00 horas del lunes 28 de junio, cuando se hizo la citada llamada. Seis horas y media después, la señora Elvia Carmina Valdez Carrillo, José Luis González Valdez, de 20 años, y Manuel Ignacio Gallegos fueron a la casa de Jesús, ubicada en la colonia Valle del Nazas. La madre del joven asesinado no soportó la escena y desfalleció.
A las 11:20 horas, los elementos de la patrulla F-194 de Seguridad Pública atendieron el llamado de los vecinos de la calle Luis J. Garza, número 283. Manuel Ignacio fue el primero en entrar a la casa y al ver que su amigo estaba con vida, corrió a buscar ayuda. El joven tenía un mes y medio de vivir en la casa del sector residencial de Gómez Palacio y al parecer estaba separado de su pareja.
Nadie la conoce
Gilberto Estrada Quiñones, comandante regional de la Policía Ministerial, señala que en la mujer está la clave del homicidio, que por su naturaleza, tiene tintes de un crimen pasional. Las autoridades trabajan en la identidad de la joven conocida sólo como Rocío.
Vecinos del lugar indicaron que a las 20:00 horas del domingo, dos niños de entre cinco y diez años estaban en la casa. Otro colono vio a los dos pequeños a las 3:00 horas del lunes, estaban llorando en un carro marca Renault de modelo antiguo, estacionado en la calle Luis J. Garza, esquina con González de la Vega. Nadie dio razón de la madre de los menores.
La casa donde ocurrió el crimen es blanca con una reja eléctrica color café. En la cochera estaba una bicicleta estacionaria, una de carreras y dos infantiles de diferente tamaño.
La versión de los vecinos que señalaron la presencia de los niños se corrobora con las dos bolsas de basura frente a la casa. Los restos de una orden del Pollo Feliz, jugos, refrescos desechables, frituras y yogurth para beber mostraban el menú de la última comida hecha en la casa de la víctima.
Familiares y amigos de Luévanos Valdez, entre ellos su tío Sergio Valdez Carrillo, estaban desesperados, todos habían visto al menos una vez a Rocío, pero nadie sabía más de ella. La información proporcionada a los ministeriales hacía suponer que se hablaba de dos personas distintas, una de ellas con domicilio en la avenida Morelos, a una cuadra de la Soriana del centro.
Manuel Ignacio, amigo de la infancia del finado, tiene un taller por la avenida Allende, en contra esquina del mercado. Informó que a las 18:00 horas vio a Jesús en su camioneta, con dos sujetos, uno conocido como “Juanito”, y una mujer que no distinguió a simple vista.
Sigue la investigación
A la escena del crimen asistió el agente del Ministerio Público Oscar Menchaca Lara acompañado de un elemento de Servicios Periciales. El levantamiento del cuerpo y la toma de muestras se prolongó hasta las 13:30 horas.
Al cierre de la edición, Menchaca Lara tomaba la declaración de varias personas, entre familiares, amigos y otros comparecientes del crimen. La camioneta desaparecida ya fue boletinada y las autoridades confían en ubicar pronto a la mujer, pieza fundamental en el esclarecimiento del brutal homicidio.
CON SAÑA
Jesús Luevanos Valdez, de 28 años, era conocido por sus amigos como “Toy Story” o “La Tripa”. La víctima tenía un negocio de compra y venta de fierro viejo, sobre la carretera a Ciudad Juárez, en el entronque que conduce al Cereso. La extrema violencia se vio reflejada en el asesinato:
El cuerpo tenía 18 heridas producidas con arma blanca.
12 estaban en la espalda, sólo tres penetraron.
Una de las tres heridas perforó el riñón derecho.
En el pecho, cerca del costado izquierdo tenía seis lesiones.
Sólo una penetró.
En la cabeza tenía cuatro heridas producidas por objeto contuso.
Dos bats de aluminio y el cuchillo de cocina quedaron junto a la víctima.
FUENTE: Servicio Médico Forense