14 de febrero de 2004.
FALUYA, (AP).- Por lo menos 21 personas murieron y 33 resultaron heridas, la mayoría policías, cuando grupos de insurgentes atacaron una comisaría iraquí y un campamento de las fuerzas de seguridad en el oeste de Bagdad, dijeron las autoridades.
Los rebeldes, que gritaban "Dios es grande", encontraron poca resistencia mientras disparaban a oficiales de la policía y liberaban a decenas de prisioneros.
El mismo campamento fue atacado dos días antes, cuando la máxima autoridad militar de Estados Unidos en Medio Oriente, el general John Abizaid, visitaba el sitio en Faluya. El comandante resultó ileso.
Un comerciante de un negocio ubicado al otro lado de la calle del campamento dijo que insurgentes le habían informado a él y a sus vecinos que no abrieran el sábado en la mañana porque sucedería un ataque inminente.
Unos 25 atacantes, algunos de ellos enmascarados, rodearon la estación policial y asaltaron el edificio, arrojando granadas de mano y allanando cada una de las habitaciones, expresaron algunos sobrevivientes.
Los pocos policías que se encontraban en el momento del ataque sólo tenían pequeñas armas de mano.
"Sólo tenía un revólver conmigo", dijo Kamel Allawi, oficial de la policía. "Me caí de inmediato en el piso y comenzó a sangrar mi pierna izquierda", explicó.
Al mismo tiempo, otro grupo de guerrilleros que gritaban lemas islámicos como "Dios es grande" y "No hay otro Dios más que Alá", atacaron con granadas propulsadas desde cohetes y artillería pesada un vecino y fuertemente protegido campamento de las fuerzas de Defensa Civil iraquíes.
Las fuerzas de seguridad iraquíes dispararon desde barricadas de hormigón y arena ubicadas en el frente del sitio y se enfrentaron en las calles con los insurgentes durante media hora.
El teniente coronel de la policía Jalal Sabri dijo que 21 personas fallecieron, casi todos policías.
Entre los muertos había cuatro atacantes, dos de ellos con pasaportes libaneses, indicó. El resto de los rebeldes escapó después de liberar a 75 prisioneros en la estación policial. De los 33 heridos, 25 eran policías, dijo Adel Ali, vicedirector del hospital.
Un funcionario de la defensa civil, Daeed Hamed, dijo que pensaba que los insurgentes querían liberar a tres supuestos guerrilleros -dos kuwaitíes y un libanés- capturados esta semana. Los tres permanecían detenidos en el momento del ataque, expresó.
Pero Sabri manifestó que no había insurgentes entre los prisioneros, e insistió que todos eran criminales detenidos por asesinatos, robos y otros delitos. Hamed calificó al ataque como "bien organizado". Las autoridades dijeron que no hubo heridos ni muertos de la defensa civil.
