EFE
MANAUS, BRASIL.- Autoridades brasileñas confirmaron ayer la muerte de los 33 ocupantes de un pequeño avión que se estrelló el viernes por la noche en medio de la selva en el estado de Amazonas, durante un vuelo local.
“Localizamos el avión y lamentablemente no hay sobrevivientes. fallecieron los 30 pasajeros y los tres tripulantes”, dijo el coronel Geraldo Gomes Alves, jefe del Servicio Regional de Aviación Civil en Manaos, capital del estado Amazonas.
Según la lista de los infortunados aparentemente todos ellos eran brasileños.
Unos 30 hombres llevaban a cabo las difíciles labores de abrir claros en la selva para permitir el aterrizaje de las aeronaves, explorar el área, rescatar y juntar los restos de los cuerpos y enviarlos a Manaos para su identificación.
El aparato, propiedad de Rico Linhas Aéreas, desapareció en la noche del viernes a unos 18 minutos de la hora prevista para su aterrizaje en el aeropuerto Eduardo Gomes, de Manaos, explicó Gomes.
El avión cubría el vuelo entre las pequeñas poblaciones de Sao Pablo de Olivenza, en la frontera con Colombia, con escalas en Tabatinga y Tefé, también en el estado de Amazonas, y final de trayecto en Manaus, capital del estado.
Equipos civiles de rescate, bomberos y soldados del Ejército apoyado con helicópteros “Black Hawk” sólo pudieron llegar a la zona del accidente ayer por la mañana, usando cuerdas para descender de las naves. Entonces pudieron localizar los cadáveres, indicó Gomes.
Unos 15 hombres emprendieron las difíciles labores de rescate de los cuerpos y comenzaron por derrumbar grandes árboles para permitir el aterrizaje de los helicópteros, agregó.
Las autoridades de aviación civil no disponen pistas sólidas sobre las causas de la tragedia, puesto que en la zona había buen tiempo y el avión se aprestaba a aterrizar sin novedades en el aeropuerto internacional de Manaos, cuando desapareció de los radares de la torre de control.
“No tenemos idea de lo que pudo haber causado la caída de la aeronave”, dijo ayer el vicepresidente de Roco Linhas Aereas, Metin Yurtsever.
“En su último contacto el piloto sólo dijo que daría prioridad para el aterrizaje a otro avión que estaba llegando con un enfermo”, agregó.
El viceprecidente dijo a la emisora de radio CBN que la empresa contrató a médicos y psicólogos para dar asistencia profesional a familiares de los pasajeros.
Desde anoche las escenas de angustia eran patentes en el aeropuerto de Manaos, donde decenas de personas estaban congregadas a la espera de noticias del desastre.
El avión, fabricado por la empresa brasileña Embraer, modelo EMB 120 Brasilia, era un turbohélice de dos motores y con autonomía de mil 482 kilómetros.
Fabricado desde 1085, el EMB 120 Brasilia es ampliamente utilizado para vuelos cortos. El modelo que entró en operaciones comerciales desde 1985.
