BOGOTA, (Reuters).- Los integrantes de la policía de Colombia están acostumbrados a realizar de rutina peligrosas operaciones contra la guerrilla izquierdista, el narcotráfico y operaciones de rescate, en las que a diario exponen sus vidas.
Pero el decomiso de 292 muñecos de "vudú" utilizados para la brujería ha despertado más temor entre un grupo de policías que se niegan, por temor y superstición, a destapar por completo el cargamento.
Los muñecos y otros elementos utilizados para brujería fueron decomisados a comienzos de esta semana cerca a la ciudad de Calarca, en el central departamento de Quindío, 180 kilómetros al oeste de Bogotá.
"La carga maléfica", como la han denominado algunos efectivos de la policía, fue confiscada cuando era transportada en un vehículo de carga desde la ciudad de Cúcuta, en la frontera con Venezuela, hacia Pasto, capital del departamento de Nariño, en la frontera con Ecuador.
Aunque la tenencia y transporte de elementos de brujería y esoterismo no está prohibida por las leyes colombianas, la policía trata de establecer a qué personas pertenecían los elementos confiscados.
Fuentes de la policía nacional dijeron que las cajas con los muñecos para brujería fueron ubicadas en un rincón del comando de la policía de carreteras del departamento del Quindío y que ningún efectivo se atreve a abrirlas por temor a recibir alguna maldición.
"Aunque no existen las brujas, que las hay las hay", aseguró en medio de risas un efectivo de la policía.
Este país de más de 40 millones de habitantes es mayoritariamente católico, pero en varias regiones del país existen creencias sobre brujerías y las personas son supersticiosas.