(Reuters).-Uno de los secretos de doña Ramona: una cervecita con las comidas.
Doña Ramona Trinidad Iglesias Jordán ha muerto. En Puerto Rico. De muerte natural.
Lo que sólo sería noticia para sus allegados, se convirtió en noticia mundial por obra y gracia del libro de los Records Mundiales de Guinness, que en abril pasado declaró a doña Ramona, a sus 114 años de edad certificados, como el ser humano más viejo del mundo.
Y es que, para que se hagan una idea, doña Ramona nació cuando Puerto Rico todavía formaba parte del imperio español (y cuando España, aunque menguada, todavía se consideraba imperio).
Es decir, el mismo año en que nació Charles Chaplin y la torre Eiffel fue abierta al público.
Guarden sus calculadoras. El año fue 1889.
La importancia de la cerveza
Sin embargo, para muchos, la noticia no será la muerte de doña Ramona, en un ancianato de Río Piedras, un suburbio de San Juan de Puerto Rico.
La gran noticia (tomen nota, científicos aficionados) es uno de los secretos de la longevidad de doña Ramona: una cerveza con cada comida.
"Incluso cuando tenía más de cien años, cada vez que la llevaba a un restaurante, ella siempre pedía una cerveza pequeña con la comida. Era lo primero que pedía", reveló Rene Matos, sobrino nieto de doña Ramona.
Incluso cuando tenía más de cien años, cada vez que la llevaba a un restaurante, ella siempre pedía una cerveza pequeña con la comida.