Buenos Aires, (EFE).- Argentina es el primer país de Latinoamérica con una segunda generación de clones vacunos transgénicos, los cuales poseen una hormona de crecimiento idéntica a la humana que servirá para elaborar remedios contra el enanismo.
Los clones Pampa Mansa II y Pampa Mansa III son portadores de un gen que producirá en su leche la hormona de crecimiento humano, necesaria para el tratamiento del enanismo hipofisario y responsable del desarrollo óseo.
En unos cinco meses, a los dos clones vacunos de Pampa Mansa se les extraerá la leche, que luego será procesada para la elaboración de medicamentos dedicados a tratar la enfermedad, según explicó a EFE un portavoz del laboratorio de biotecnología Bio Sidus, a cargo del desarrollo científico.
La producción de esta hormona en los clones, que nacieron en enero de este año, permitirá que los medicamentos "reduzcan sus costos", debido al incremento en los volúmenes producidos, dijo Vanesa Barraco, a cargo del área de Comunicaciones del laboratorio.
Según señaló, "con la producción de una sola vaca se puede abastecer la demanda de todo Argentina". Actualmente hay unos mil chicos que necesitan el tratamiento hormonal.
Argentina es hoy uno de los nueve países que clona vacunos transgénicos desde 2002, cuando nació Pampa Mansa.
Según adelantó Barraco, "en unos dos años" la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), organismo argentino encargado de la regulación de los remedios, aprobará la venta de este medicamento proveniente de clones.
El desarrollo del proyecto "Tambo Farmacéutico" fue iniciado hace más de cinco años por un grupo multidisciplinario, que ya lleva invertidos unos 4.000.000 de dólares, y se estima que el desembolso total será de seis o siete millones de dólares.
Se calcula que en Argentina el mercado anual de la hormona de crecimiento ronda los siete millones de dólares, en tanto que en el mundo la cifra asciende a un billón de dólares.
Bio Sidus es el único productor de hormona de crecimiento en leche de bovinos transgénicos, aunque esta hormona es un producto ya establecido en el sector de la biotecnología, elaborado por laboratorios nacionales y extranjeros.
Además de la inversión realizada por el laboratorio, el proyecto contó con el apoyo de la Agencia de Promoción Científica, Tecnológica y de Innovación Productiva de la Nación.
El laboratorio argentino ya exporta esta hormona de crecimiento a Brasil y acaba de ganar una licitación del estado de San Pablo por ocho millones de dólares.
Actualmente, el laboratorio posee 17 vacunos clonados y su intención es continuar con la clonación para utilizar el nuevo modo de producción en la obtención de insulina, para pacientes con diabetes, y de activador tisular de plasminógeno, para las personas que sufren infartos.
El primer paso para obtener la primera generación de clones fue tomar células llamadas fibroblastos de fetos vacunos, a las que se les agregó el gen que expresa la hormona de crecimiento humano en la glándula mamaria.
Luego se las clonó al unir el núcleo genético de la célula fetal con un citoplasma de un óvulo vacío y se obtuvieron embriones, que fueron llevados a un campo e implantados en vacas de raza Aberdeen Angus.
Tras este procedimiento se logró el nacimiento de Pampa Mansa, que el año pasado comenzó a producir leche con la hormona buscada.
Para la nueva clonación, se extrajeron células somáticas de la oreja de Pampa Mansa, se las clonó y fusionó, para producir los embriones, luego de realizar 600 transferencias a las vacas.
"Este proyecto significa una inversión de capital de riesgo con expectativas a largo plazo, pero este es el mejor camino para consolidarse en un mundo cada vez más competitivo y posicionarse, a través de este esfuerzo, en el selecto grupo de países que dominan la alta tecnología", afirmó la compañía.