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Nacimiento prematuro, la vida en un hilo

SILVIA OJANGUREN

El 88% de los niños que nacen prematuramente, sufren secuelas neurológicas, oculares, auditivas, cardiopulmonares, renales, gastrointestinales y de raquitismo.

La sabia naturaleza programó la gestación humana en nueve meses, pero en ocasiones el embarazo sufre alteraciones y el parto se adelanta, lo que representa una amenaza para la salud del bebé.

De acuerdo con especialistas, algunas de las causas de los alumbramientos prematuros se pueden impedir, algunos con una ayuda médica y otros respetando algunas reglas.

Según la doctora Luz Angélica Ramírez, adicciones al tabaco y al alcohol, así como las neoplasias, ciertas enfermedades crónico-degenerativas, entre ellas insuficiencia renal y/o cardiaca, y los procesos infecciosos génito-urinarios, son responsables de que la procreación no llegue a su término natural y se transforme en un asunto peligroso.

Afirma que el padecer preclampsia y eclampsia, son causas de nacimientos prematuros, generalmente entre los seis y los ocho meses de gestación. De éstos, alrededor del 12% termina con la muerte del feto, debido a las condiciones en que transcurrió el embarazo.

La especialista de la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN) del Hospital de Gineco-Obstetricia No. 4 del IMSS, explica que 88% de los niños que nacen prematuramente, debido a su inmadurez orgánica, sufren secuelas neurológicas, oculares, auditivas, cardiopulmonares, renales, gastrointestinales y de raquitismo.

Estos pequeños enfrentan la amenaza de padecer parálisis cerebral, displasia broncopulmonar, déficit de atención, refracción, estrabismo, ceguera, sordera, reflujo gastroesofágico y, con ello, broncoaspiraciones y hernias umbilicales, entre otras alteraciones.

VIDA EN UN HILO

Un niño prematuro necesita de soporte técnico para ayudarlo a que alcance su madurez orgánica, para evitar su muerte.

Esto se logra con cuidados intensivos que lo ayudan a respirar, alimentarse, combatir infecciones y mantener la temperatura corporal. Un bebé prematuro pesa menos de 2.5 kilogramos.

A fin de evitar que cada año ingresen más pequeños a los programas de rehabilitación, recomienda: Las parejas o mujeres que decidan tener un hijo analicen si están en óptimas condiciones de salud, tengan la edad adecuada (entre 25 y 30 se considera la ideal) y cuenten con los servicios médicos para llevar un buen control prenatal, así como a la hora del nacimiento y para los cuidados posteriores, tanto del niño como de la madre.

Todo esto, porque considera que la falta de información sobre sexualidad, las demandas laborales y educacionales y las condiciones socio-económicas, contribuyen a generar un nacimiento prematuro.

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