nadie estará por encima de la Ley- es un slogan predilecto de los gobernantes en turno cuando de enfrentar a un enemigo político se trata. -Todo el peso de la justicia- frases repetidas un millón de veces por los diferentes órganos de justicia y que en México sólo es aplicable en algunos sectores de la población, lo pobres, los que no tienen relación con el Gobierno.
Sin embargo los malandros que campean en el país, los que a diario apañan y estafan al pueblo están exentos por decreto en este rubro. El slogan no es aplicable a los políticos, líderes, empresarios metidos al sector público, defraudadores, etc., ya que con argumentos inverosímiles, que pueden ser, el tráfico de influencias y el fuero, la justicia y la Ley, se les diluye y resbala a estos aceitosos y acorazados personajes. Más allá de que los diputados del Distrito Federal lleven a cabo cada sainete en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, está el maldito fuero constitucional del que saben se colgarán y nadie los tocará ni con el pétalo de una rosa.
Por muchas décadas el sistema priista estuvo encima de los mexicanos, sólo su Ley y la justicia a su manera tuvimos que aguantar. ¿Cuántos crímenes en su nombre se cometieron? ¿Cuántos ladrones de esta estirpe se cocinaron y se siguen horneando? ¿Cuántas infamias les tuvimos y aún les tenemos que aguantar a los mismos políticos que ahora ante la ira de sus colegas se rasgan las vestiduras?
Qué vueltas da la vida; Vicente Fox se retira del pleno Congreso de la Unión en un informe presidencial, cuando dijo que tenía cosas más importantes que hacer que escuchar tonterías, (pende...), otra del mismo Fox, cuando tomó el estrado del Congreso con unas orejas de burro (de papel) que en su curul fabricó y se presentó ante sus colegas con esa imagen, que sin duda en nada ha cambiado, cuando el priista Fidel Herrera flamante Gobernador electo de Veracruz tomó por la fuerza el Trife o Emilio Chuayffet, cuando fue jefe de Gobernación trató de impedir que se instalara el Congreso de la Unión, etc. Cada vez que en nombre de la patria se comete un usufructo por parte de algunos monifatos que nos gobiernan, los mexicanos nos restregamos los ojos para ver por ahí una rendija donde se trasluce la justicia y el “medio peso” de la Ley caiga sobre estos oscuros personajes, cosa que nunca ha sucedido y como están las cosas jamás pasará.
¿Cuándo hemos visto a un dueño de las miles de estaciones de gasolineras que día a día defraudan, con gasolina adulterada o robando “en los litros” que marcan sus máquinas?
Inclusive, en la reciente descompostura de miles de bombas de gasolina, la Profeco y otras instancias del tianguis jurídico nacional sólo repusieron las bombas y asunto arreglado. Lo que esta erogación significó para Petróleos Mexicanos es como quitarle un pelo al hombre lobo. Nadie hasta la fecha ha sido castigado ni siquiera será molestado, es más, el pueblo, dueño literalmente de Pemex, no ha sido merecedor de una explicación sobre esta “mugre” que la paraestatal estuvo vendiendo como combustible.
Y ya que andamos en los terrenos de esta empresa ¿qué le hicieron al inefable Carlos Romero Deschamps y a Rogelio Montemayor Seguy. En el trasiego de varios cientos de millones de pesos para la campaña de Labastida?
¡Nada! como tampoco le pasará nada a Raúl Muñoz Leos con su pareja infernal Carlos Romero Deschamps en la lana que le “regaló” para unas canchitas deportivas y unos jacalitos, ¡huta, huta! diría mi amigo Lira en Veracruz. ¿Cuál peso de la Ley cayó sobre los Amigos de Fox?, uno más reciente en Laura Valdez de la Lotería Nacional y su triangulación en Transforma México y Vamos México y qué decir sobre los banqueros y los fraudes del Robaproa.
En fin México, nuestro pobre país sigue retratado en el catálogo de falsedades y declaraciones faláticas, donde lo punible de la justicia está sólo en el resto de la población, en los gamberros y sempiternos políticos la Ley la guardan por donde Chila se pasa el peine.
La misma Constitución Política que versa sobre el artículo 122, por el que riñen los partidos políticos, es esta Carta Magna la que también ampara a los legisladores otorgándoles todas las facilidades para que hagan cada sainete dentro y fuera del recinto, sabiendo de antemano que su fuero los protegerá de todo el peso de la Ley y ellos (los políticos) estarán sobre una pobre justicia, que como una escuálida mujer violada, sólo puja ante las violentas embestidas de estos mequetrefes que se dicen salvadores del pueblo. Qué lástima que ninguno de los grupos parlamentarios de la más alta tribuna de la nación hayan escuchado al Dalai Lama tibetano y su gran mensaje sobre la tolerancia.
Sin duda la cosecha de amargura que ahora está levantando la clase política es la misma que por décadas se sembró en el largo período del autoritarismo, donde muchos de esos labriegos aún meten la guadaña y más que mano dura contra el PRD, se debe condenar, pero a la gran mayoría de los congresistas nacionales sobre los asaltos a la razón que día a día llevan a cabo en contra de la nación.
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