AGENCIAS
MÉXICO, DF.- Los grupos criminales conocidos como maras, las cuales huyeron de Centroamérica hacia México, se han convertido en sicarios de los grupos de narcotraficantes mexicanos, a los cuales sirven con excesiva violencia, dijo el subprocurador de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO), José Luis Santiago Vasconcelos.
El Cártel de los hermanos Carrillo Fuentes, de la fronteriza Ciudad Juárez, ha estado a la vanguardia de ese movimiento, al contratar a miembros de las maras como sicarios de bajo nivel, señaló Santiago Vasconcelos.
Santiago Vasconcelos dijo que los líderes de las organizaciones del narcotráfico le pagan sus servicios a las maras con drogas, pues “se dedican sólo a ser sicarios y a proteger cargamentos”, sin que las integren a los cárteles.
Varios centroamericanos con los tatuajes característicos de las maras han muerto en recientes enfrentamientos, al parecer relacionados con el narcotráfico, en las ciudades fronterizas de Matamoros y Nuevo Laredo. Sin embargo, los comentarios del lunes son la primera confirmación oficial de que las maras se han convertido en fuerzas armadas de los narcotraficantes.
La declaración es hecha dos semanas después de que una serie de acciones contra las maras resultaron en el arresto de 224 pandilleros, muchos por narcotráfico y uso de armas ilegales.
La policía dijo que la mayoría de los supuestos miembros del grupo llamado Mara Salvatrucha eran centroamericanos, aunque no especificaron su nacionalidad.
La salvatrucha y el MS-18 son algunos de los principales grupos pandilleriles de Centroamérica, pero acciones en su contra en Honduras y El Salvador hicieron que la mayor parte de sus miembros se hayan mudado al Sur de México, especialmente a Chiapas, Veracruz y Oaxaca.
El funcionario aceptó que el Gobierno Federal ha documentado la presencia de maras en el Norte del país, particularmente en Tijuana, Baja California, Ciudad Juárez, Chihuahua, y en el Sur del país, pero, aseguró, “en el centro no hemos tenido tantos reportes de su presencia”.
Explicó que el de los maras es un fenómeno “social delictivo”, y que la PGR tiene evidencias de que “existen relaciones muy íntimas, sobre todo para ser contratados como sicarios, entre los maras y las organizaciones delictivas”.
La peculiaridad que hace atractiva su contratación por los cárteles de la droga, indicó, se basa en su “bajo costo” y en que la violencia es una forma suya de pensar y actuar.
