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NASA probará avión hipersónico

Washington, (EFE).- La agencia espacial estadounidense NASA anunció que probará el último de los aviones hipersónicos de su programa experimental X-43, y espera que el aparato alcance una velocidad diez veces mayor que la del sonido.

"Esperamos que este avión llegue a una velocidad de 11.560 kilómetros por hora", dijo en conferencia de prensa Laurie Marshall, del Centro Dryden de Investigación de Vuelo, en Edwards (California).

Marshall explicó que, respecto a un ensayo realizado en marzo pasado, se han hecho algunas modificaciones de diseño.

"Una de las grandes diferencias será el ambiente térmico", añadió Marshall, quien explicó que, "en el segundo vuelo, el punto de mayor fricción y temperatura, el morro de la nave, alcanzó los 1.425 grados Celsius".

"Para el tercer vuelo calculamos que el morro (de la nave) alcanzará los mil 980 grados Celsius", añadió.

El avión X-43A, que mide apenas 3.6 metros de longitud, es el tercero y último de un programa de unos 250 millones de dólares para la experimentación con una tecnología de propulsión conocida como "traga aire" que, literalmente, toma el oxígeno de la atmósfera y lo introduce como combustible en un motor de hidrógeno.

A unos 80 kilómetros de la costa de California, el B-52B soltará su carga a una altura de 12 mil metros y, cinco minutos después, se encenderá el cohete Pegasus que impulsará el X-43A a una velocidad aproximada a diez veces la del sonido hasta una altura de 33.500 metros.

Será entonces cuando los controladores de la misión activarán dos pequeños pistones que desprenderán el X-43A del cohete Pegasus y abrirán la capucha que cubre la toma de aire del avión, encendiendo su propio motor.

La tecnología disponible en la actualidad hace necesario que los cohetes, para alcanzar la que se conoce como velocidad de fuga -la que permite que las naves escapen a la fuerza de gravedad de la Tierra- lleven sus propios tanques de oxígeno para la combustión con hidrógeno.

El motor experimental "traga aire" promete la posibilidad de que los aviones, una vez que alcancen esa velocidad tomen el aire de la atmósfera incluso a altitudes extremas donde el oxígeno escasea.

El primer experimento de un avión X-43A concluyó el 2 de junio de 2001 en un fracaso cuando estalló el cohete propulsor y el avión se destruyó.

La segunda prueba del prototipo X-43A, en marzo pasado, marcó un hito cuando el aparato sobrevoló el océano Pacífico a casi 8.000 kilómetros por hora, esto es unas siete veces la velocidad del sonido.

La tecnología tiene particular interés para el Pentágono, donde los planificadores ya han soñado con bombarderos que podrían alcanzar objetivos en cualquier parte del planeta en menos de dos horas de vuelo desde el territorio de Estados Unidos.

El éxito del experimento abre también la posibilidad de que, en un futuro, se construyan aviones comerciales que permitan recorrer la distancia entre, por ejemplo, Nueva York y Londres en menos de dos horas.

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