LA actriz Natalia Verbeke combina sus cinco sentidos para realizar sus personajes
El País
Madrid, España.- Esta chica se sabe sacar partido. En persona y con la cara lavada, Natalia Verbeke, 29 años, es ni muy alta ni muy baja, ni muy delgada ni muy exuberante. Guapa. Natural. El tipo de actriz del que los hombres pensarían, ?¡tengo posibilidades!?. Y las mujeres, ?pues no es para tanto?.
La cámara convierte a la chica de enfrente en sex symbol. Pero la cosa empieza antes, frente al espejo. Todos ponemos una mueca para contemplar nuestra propia imagen. La cara de espejo de Natalia consiste en bajar la cabeza, apretar los labios y mirar intensamente desde debajo de las cejas. El plano Kubrick. Y, plas, aparece la belleza.
?Te vamos a poner muy exagerada?, le dice el maquillador. ?Yo me pinto los ojos en tonos oscuros, para acentuar la mirada?, explica Natalia. ?Como la boca la tengo muy grande y dibujada, si me pinto los labios, los ojos los dejo limpios. No controlo y me podría hacer un Picasso?. Entonces mira al maquillador con ternura: ?Pero tú dale sin miedo, ¿eh??.
Entre pincelada y brochazo, habla de las tres películas que tiene por estrenar y de su coquetería. ?Soy muy femenina, pero con carácter?. El secreto: la imagen tiene que ver con los cinco sentidos.
La vista
¿Fases de pintas inconfesables?
A los 13 era heavy, pantalones de pitillo, camiseta de AC/DC. Aún no he quemado las fotos. Luego me dio por lo neo hippy.
¿Y ahora?
Sigo tendencias, pero con lo que me queda bien. De marcas, Dolce & Gabanna.
¿El secreto para romper por la noche?
Si voy a salir me arreglo, pero no soy de ponerme de gala. La clave está más en el maquillaje y el zapato.
¿Taconazo?
Siempre. Y no porque me sienta bajita (mide 1,63), sino porque me encanta verme la pierna con el tacón. Con seis años ya lloraba para que mi madre me dejase los suyos.
¿El favorito de tu colección?
Unas sandalias de Yves Saint LaurenSon de cristal de Swarovski con unas cerezas rojas y ramitas verdes.
¿Y tus pies como lo llevan?
Mal, pero para estar mona hay que sufrir.
El oído
Natalia acaba de estrenar El Juego de la verdad, la nueva película de Álvaro Fernández Armero, una comedia romántica en la que dos parejas deciden decirse unas cuantas verdades cuando descubren que uno de ellos va a morir. Hace de Susana, una locutora de telediario de aspecto agresivo pero tierna por dentro. El contrapunto femenino es María Esteve.
En un momento de la cinta, uno de los chicos compara a las dos mujeres. Dice que el personaje de María Esteve representa un tipo de belleza ?como más moderna?. Tu personaje le contesta: ?¿Prefieres una tabla a una mujer??.
Sí, en plan: ?¡Me estás llamando gorda!?. Es la lucha de siempre entre lo que te venden las revistas y las curvas que tenemos todas. Pero de hecho, es la delgadita la que está acomplejada y envidia las te... de la otra.
¿Y en la vida?
María (Esteve) es mi mejor amiga, Álvaro (Fernández Armero) escribió el guión para nosotras. A veces metía antena en nuestras conversaciones, se partía de risa y decía: ?Es que lo estoy viendo?. María tiene problemas para engordar y yo siempre estoy con: ?¡Uy, esto me hace demasiado te..!?.
El gusto
También has terminado La Tempestad, inspirada en el libro de Juan Manuel de Prada, en la que trabajas con Rutger Hauer y Malcom McDowell. Cuánto hombre con carácter, ¿no?
Hago de restauradora de arte. Rutger es mi padre, es un actor complicado, tiene manías de estrella. Malcom es mi novio, y es el actor con el que he trabajado más a gusto.
¿No es un poco mayor para hacer de novio?
Sí, pero, ¡por Diosssss!
Cuéntanos?
Es el único hombre que recuerdo cómo me ha besado en cine. Escalofríos me dan. Impresionante. Quizá sea por la edad? sabe besar, mirar, tocar, hablar. No es un crío. Es un hombre. (Le entra una risa nerviosa y se mira el escote). ¡Si me salen ronchas sólo de acordarme, que barbaridad!
El olor
¿Y cuáles son tus armas de seducción?
El perfume. Antes según me levantaba sabía qué perfume me tenía que poner, y si me ponía otro, el día era horroroso. Luego trasladé esa idea a la profesión. Cada papel tiene un olor y hasta que no le pongo perfume no puedo trabajar el personaje, no lo encuentro.
Ejemplos, por favor.
En Un Buen Novio, Anaïs Anaïs. Era un personaje muy erótico, pero en el fondo era una niña maltratada y el perfume tenía la inocencia de esa niñita de la que todo el mundo se aprovecha. Paula, de El Otro Lado de la Cama, olía a Trésor de Lancôme. No tiene nada que ver con cómo te venden los perfumes, Nati, la de El Hijo de la Novia, usaba Lou Lou, que se supone que es el erotismo, pero a mí me recuerda a los días de lluvia.
¿Y tú a qué hueles?
A Kenzo Flower. Me hace sentirme protegida. Desde que hago esto de los personajes, no puedo cambiar.
El tacto
El maquillador termina su trabajo. En el espejo una reina de la noche sonríe ante el resultado: ?Esta mañana tenía una ceja partida y un ojo como un huevo, y por la tarde, mira qué divina?. Natalia está rodando Las Chicas Andan Sueltas, una cinta de boxeo.
Vaya, que llevas todo el día en sesión de maquillaje.
Horas y horas. Ya tengo manía.
¿Qué ha sido lo más difícil para convertirte en boxeadora?
La dieta de proteínas para sacar músculos, paso mucha hambre.
¿Haces deporte?
Hacía mucho cuando bailaba, pero no me gusta nada, me da pereza y me aburre.
¿Habrás tenido que entrenar mucho?
(Previa exhibición de unos bíceps como piedras). Un mes y medio con boxeadoras. Nunca me había interesado el tema, lo veía como algo superagresivo, pero cuando conoces a esta gente? son tan nobles, lo ves de otra manera, es un deporte como cualquier otro.
Sobre un taburete, Natalia pone caras para el fotógrafo, que le pregunta que si ahora, con lo del boxeo, va a haber que tenerle más miedo. ?Qué va?, replica la actriz, ?si me pones a pelear, me revientan; aprendí a dar, pero no a esquivar?. Y suelta una sonrisa fulminante.
