28 de julio de 2004
La Paz, (EFE).- El poeta chileno Pablo Neruda, de quien el pasado 12 de julio se recordó el centenario de su nacimiento, fue un "precursor de la revolución sexual" en el mundo, afirmó el escritor y Premio de Literatura de Chile 2002, Volodia Teitelboim.
El biógrafo del vate ofreció una conferencia sobre Neruda en la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) de La Paz en la que calificó al Premio Nobel como "un adelantado precursor de la revolución sexual", ante un auditorio de intelectuales bolivianos.
Teitelboim, de 88 años, visita La Paz después de 33 años y desde el lunes se reúne con escritores y estudiantes de este país en el marco de los homenajes programados en esta ciudad para rendir homenaje a la obra nerudiana.
Según el biógrafo, además de su poemario "Crepusculario" y sus "20 Poemas de Amor y una canción desesperada", en los que muestra una "poesía fina" y "sentimental", Neruda tuvo una actitud pionera en la revolución sexual que se ve en el "Hondero Entusiasta", obra "que no es un libro del amor sentimental, sino del amor carnal directo, incluso un poco animal, muy osado", afirmó.
"En el libro, dice: 'como las bestias que en los potreros pastan, como las bestias', refiriéndose al amor de la pareja en unos poemas muy encendidos" que Neruda decide guardarlos durante diez años por el temor a las reacciones, recordó Teitelboim.
Si se publicaban de inmediato "la moral existente entonces lo hubiera condenado absolutamente", apuntó. El "Hondero Entusiasta" sale a luz recién en 1933, habiendo sido escrito diez años antes, indicó.
La importancia de la obra de Neruda, según su biógrafo y amigo, está además en que propuso "una revolución democrática de la poesía" consistente en proclamar una "poesía sin pureza" en la que cualquier tema podía ser susceptible de ser convertido en un poema.
Si los temas reputados de "prosaicos, vulgares, nimios, sin importancia, feos" son tocados por un "poeta de verdad" se operaba una suerte de magia, como la del Rey Midas que convertía en oro todo lo que tocaba, aseguró Teitelboim al recordar los postulados del Premio Nobel chileno.
Esa propuesta -dijo- fue aclamada por la denominada "Generación del 27" en España, pero tuvo en el mismo país un crítico airado en Juan Ramón Jiménez, quien calificó entonces a Neruda como "un gran mal poeta" por el "caos y el desorden de los plebeyos" que predicaba en la poesía.
No obstante, Teitelboim recuerda que Jiménez, cuando emigró a América tras la guerra civil española, reconoció que al pasar por el Atlántico llegando "a América las aguas se alborotaban, perdían toda coherencia y decían que Neruda es el poeta de este desorden" en el que se permiten "todos los escándalos", incluso en la palabra.
Esa actitud "revolucionaria" en la poesía de Neftalí Reyes se evidencia en las más de mil odas dedicadas a los "más insignificantes temas que nadie hubiera creído en el siglo pasado digno ni siquiera de un verso, pero él lo convierte en poesía", remarcó Teitelboim.
De Neruda también destacó su actitud de "celestino" y de "propagandista del amor", que se preocupaba por las parejas de sus amigos, además de resaltar su actitud bohemia porque de él se decía "que no comía todos los días, pero bebía todas las noches".
Teitelboim también subrayó el adelantamiento de Neruda a su tiempo como ecologista cuando exalta la naturaleza y "cuando aún nadie hablaba de ecología", su disposición a destacar a los "hombres anónimos" y la tristeza por la temprana pérdida de su hija Malva Marina.
"Fue un hombre muy humano y tenemos que cuidarnos de algunos peligros y cuidarlo de la idolatría, no divinizarlo, no endiosarlo, porque las estatuas no tienen corazón y Neruda era de un inmenso corazón", sentenció Teitelboim.