Yo no lo conozco personalmente y ni falta que hace, con lo que sé de él me basta y me sobra para tener una de las pocas certezas que se pueden tener en el mar de incertidumbre que es hoy la política mexicana: Hay diputados que no sirven para nada, que son absolutamente prescindibles y que, el simple hecho de que ocupen una curul, nos muestra hasta qué punto está degradada la actividad legislativa, la política, la democracia, todo.
Me refiero, claro, al señor Jorge Kahwagi, cuyo mérito principal no es ser diputado, no es representar a la nación, no es ser el coordinador parlamentario del Partido Verde Ecologista; es ser un boxeador cuyas peleas tienen el tufo de “arregladas”, es ser “ahijado” de Elba Esther Gordillo, es ser (fanfarrias) ¡¡un habitante más de la casa de Big Brother!!
A mí me puede parecer que Big Brother es un invento mediático que va de lo idiota a lo increíblemente idiota; me puede parecer que es la idea mejor concebida para entretener y distraer de las mil cosas importantes que suceden, ya no digamos en nuestro país, en nuestra vida cotidiana; me puede parecer eso y mucho más; pero, en todo caso, cualquiera podría decirme –con razón- que si no me gusta puedo apagar la tele o cambiar de canal. Sin embargo, se convierte en un asunto de mi incumbencia cuando a ese show ingresa un tipo que para mi desventura me representa como diputado y al que le pago, con mis impuestos, un sueldazo.
Yo me pregunto: ¿no tiene nada mejor qué hacer?, ¿ser diputado permite el tiempo suficiente como para permanecer días (o semanas) en una casa con otros que evidentemente tampoco tienen nada mejor que hacer?, ¿el país no tiene ningún asunto medianamente importante que dirimir en el Congreso?, ¿tan poco quehacer hay ahí? o ¿su presencia en la Cámara es tan irrelevante que puede ausentarse sin mayor trámite un número indeterminado de días?
Tal parece que, en efecto, ni falta que hace. Datos publicados en Reforma (17 y 19 de mayo) nos permiten apreciar que si Kahwagi fuera estudiante sería un zángano, si fuera burócrata sería casi un aviador y si fuera, como es, un diputado sería una burla, una estafa. Dígame si me equivoco: En lo que va de la 59 Legislatura (nueve meses) se han llevado a cabo 55 sesiones y nuestro flamante brother diputado sólo ha asistido a 30. Ha acumulado cuatro faltas sin justificar, ocho faltas justificadas y 12 permisos a la mesa directiva. Ha acudido a menos de diez sesiones de la Junta de Coordinación Política de la que forma parte y ha estado prácticamente ausente de las comisiones a la que pertenece. Eso sí, el boxeador ha cobrado puntualmente su salario: 64 mil 168.18 pesos por concepto de dieta, más 19 mil 688.37 pesos por “asistencia legislativa” y 24 mil 415.98 pesos para “atención ciudadana”, todo lo cual da un total mensual de (fanfarrias) 108 mil 272 pesos con 53 centavos.
En resumen, al señor Kahwagi le hemos pagado de nuestros impuestos por sus inestimables servicios a este país un total de: 974 mil 452 pesos con 77 centavos. Para alguien que ni falta que hace ¿no le parece una estafa?
Por si fuera poco, el señor diputado pertenece a un partido que en 11 años de existencia (recién cumplidos) sólo ha promovido 19 reformas de Ley referentes a la ecología; un partido cuyo presidente inauguró la era de los videoescándalos al ser filmado aceptando la proposición de un millonario soborno a cambio de “agilizar” trámites para un desarrollo turístico en Cancún; un presidente de partido que dice que su amigo tiene derecho a pasar sus vacaciones nadando con pingüinos en Alaska si así lo desea.
Ta’bien, opino yo, salvo por dos detallitos: 1) Kahwagi no pidió sus vacaciones sino un permiso “porque mis actividades actuales (permanecer en la casa de Big Brother) me imposibilitan continuar por el momento con mi trabajo parlamentario y con el encargo de la ciudadanía en el Congreso de la Unión”, permiso que -dicho sea de paso- no llegó a tiempo al pagador porque el diputado recibió completita su paga del mes de mayo (los diputados cobran el día diez). 2) No hay pingüinos en Alaska, asuntito que a lo mejor usted y yo no estamos obligados a saber ¡¿pero el líder del partido ecologista?!
¿En qué momento se hizo posible que cualquier pelele pudiera ostentar el cargo de representante de la nación? Porque desde luego y por desgracia no es el primero y con seguridad tampoco es el único que no sirve para nada. ¿Tan alto es el costo de la democracia?, ¿tan amplios los huecos por donde se pueden colar tipos como éste?, ¿tan caros los defectos de la democracia?
Por lo pronto yo opino que le demos licencia permanente sin goce de sueldo. Total, ni falta que hace.
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