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Lisboa, portugal.- El ministro del exterior de Libia, Abdel Rahman Chalgham, negó ayer de manera categórica que el Gobierno de su país planeara asesinar al príncipe heredero saudita Abdullah, para desestabilizar la economía del reino.
En rueda de prensa en Tripolí, el canciller se mostró sorprendido por este reporte y acusó a quienes lo dieron a conocer de querer “envenenar” las relaciones con Arabia Saudita y desprestigiar los esfuerzos de Libia contra el terrorismo.
Ayer, los rotativos estadunidenses The New York Times y The Wall Street Journal difundieron declaraciones de dos prisioneros detenidos en Estados Unidos y en Arabia Saudita, donde narran los preparativos y las intenciones de Libia contra el heredero Abdullah.
La policía de Arabia Saudita, Estados Unidos y Reino Unido investigan el posible atentado, que al parecer se realizaría con granadas que serían lanzadas contra el cortejo del virtual gobernador de Arabia Saudita, dado al estado de salud de su padre, el rey Fahd.
De confirmarse la intención del posible atentado, se derrumbaría el trabajo del primer mandatario libio Muammar Gadafi, en favor de la aceptación internacional, pues el año pasado retiró el apoyo a los terroristas para aliviar las sanciones estadunidenses en su contra.
“No creemos en la política de violencia o el uso de ella en contra de la gente o los Estados”, dijo el canciller Chalgham, quien además mencionó las reuniones con Arabia Saudita en las que resuelven su relación bilateral.
Uno de los arrestados es Abrurahman Almudi, un musulmán estadunidense detenido por violar la prohibición de viajar a Libia y a quien Gadafi presuntamente dijo “quiero que el príncipe heredero muera”, el otro es oficial de los servicios de inteligencia libios.